La Diputación rinde homenaje a su primer presidente democrático, Diego Romero

La figura de Diego Romero, primer presidente democrático de la Diputación de Córdoba, será objeto este viernes de un homenaje en el Palacio de la Merced, sede de la institución provincial, dentro de los actos conmemorativos del Bicentenario de la Diputación.

La figura de Diego Romero, primer presidente democrático de la Diputación de Córdoba, será objeto este viernes de un homenaje en el Palacio de la Merced, sede de la institución provincial, dentro de los actos conmemorativos del Bicentenario de la Diputación.

Según ha informando la institución , Romero representa a la Diputación durante el primer mandato democrático, de 1979 a 1983, una etapa de predominio de la Unión de Centro Democrático (UCD) y caracterizada por una intensa actividad política en la que resonaron los ecos de los acontecimientos nacionales, como la crisis de UCD, la llegada del PSOE al Gobierno de la Nación, etcétera.

La actual presidenta de la institución, María Luisa Ceballos (PP), ha elogiado la figura de este político de raíces castreñas, "que vivió una etapa crucial para Andalucía y España, con hitos como la constitución de nuestra autonomía y la transición democrática, y que abanderó la provincia con determinación y siempre pensando en las verdaderas necesidades de los cordobeses".

"No podemos pasar por alto —ha subrayado— la colaboración que se prestó desde la Diputación a los municipios durante los primeros años de la democracia, un período marcado por las reformas de las casas consistoriales, la ejecución de colectores y rondas de circunvalación, la ampliación de la red de agua potable, la pavimentación de accesos o la ampliación del alumbrado y el alcantarillado".

Tal y como queda recogido en el libro de María del Carmen Martínez, titulado 'Imágenes para la historia de la Diputación de Córdoba (1813-1983)', editado con motivo del Bicentenario, "en 1979 se constituía una Diputación cargada de optimismo y entusiasmo; pero los cambios políticos en las instituciones centrales del país no dejaron de provocar fuertes sacudidas que, de un modo u otro, hicieron oscilar el ritmo normal de las instituciones locales".

El mandato de Diego Romero fue testigo de acontecimientos importantes, como el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, la disolución de la UCD en 1983 y la consolidación del Estado de las Autonomías. En este contexto, "la Diputación continuó con cuestiones tradicionales para ella, como el ciclo hidráulico, la asistencia a municipios y los servicios sociales", ya que "en las diputaciones de la transición, no dejó de manifestarse la cooperación a los municipios como un objetivo provincial".

En esta etapa, el Plan de Obras y Servicios es ya uno de los instrumentos fundamentales para asignar recursos a municipios carentes de equipamientos comunitarios básicos. Paralelamente, la asunción plena de competencias en manteria sanitaria por parte de Estado y comunidades autónomas hace que la institución abandone áreas en las que había actuado desde su creación. No obstante, la Diputación mantuvo el prestigio del Hospital General y los proyectos de convertirlo en clínico. De esta época destaca también el impulso que dio a la actividad cultural el proyecto ucedista y su apoyo a la promoción industrial.

La etapa que abarca de 1978 a 1981 estuvo marcada por el proceso autonómico. Martínez señala en su libro cómo "las diputaciones tuvieron un importante papel en la formación de los entes preautonómicos y actuaron como elemento dinamizador del proceso, ya que quedaban integradas como organismos intermedios". Dos fechas señaladas de este período son la aprobación de la Constitución el 6 de diciembre de 1978 y la ratificación de la voluntad autonomista de los andaluces el 28 de febrero de 1980.

El presidente de la Diputación, Diego Romero, expresó el significado que la autonomía andaluza tenía para las diputaciones andaluzas y también el Pleno en octubre de 1980, mientras que la Casa Palacio acogía a la Asamblea de Parlamentarios Andaluces durante los días 28 de febrero y 1 de marzo de 1981, en la que sería aprobado el anteproyecto de Estatuto de Autonomía.

Biografía de diego romero marín

Diego Romero Marín viene al mundo el 30 de abril de 1937 en Bailén (Jaén), aunque como él mismo reconoce: "debí nacer en Castro del Río", de donde era su madre y "donde volví finalizada la contienda con mi familia materna". Se crió huérfano de padre, pero gozó del cariño de su madre y su familia materna. Fue admitido y formado en la escuela de Doña Pepa Carpio hasta que en 1948 acude como interno al Colegio Salesiano de Córdoba y, posteriormente, comienza estudios de Derecho en la Universidad de Sevilla.

Romero destaca de esta etapa de su vida "un profundo sentido de laboriosidad y cumplimiento del deber, así como la convicción de que solo en el esfuerzo podría encontrarse el camino de la superación tanto individual como colectiva".

Tras cursar Derecho es admitido como pasante en el bufete de Juan Luque Amaya. Bajo su padrinazgo se colegia como abogado a los 21 años y ejerce como tal -descontando el período que dedica a la política, de 1979 a 1983- hasta los 50 años.

El que fuera primer presidente democrático de la Diputación señala la importancia de esta etapa, "que me permitió participar como protagonista en una etapa política ilusionante junto a otras muchas personas convencidas como yo de la necesidad imperiosa de aportar al común lo mejor de cada uno".

En el acto de reconocimiento a Diego Romero éste recibirá obsequios de la Asociación de Empresarios de Castro del Río, de la Casa de Castro del Río en Córdoba y del vicepresidente tercero de la propia institución provincial, Manuel Gutiérrez, quien le hará entrega de la publicación editada con motivo del Bicentenario. Asimismo, la presidenta de la institución, María Luisa Ceballos, le hará entrega de un guadamecí del Patio Barroco.

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