Han sobrevivido a cambios de sensibilidad, al 'fenómeno Sálvame' y a las críticas fieras de los expertos.  Más de dos décadas después de que se instalaran en la parrilla, las telenovelas siguen arrancando suspiros y notables índices de audiencia en la franja de después de comer. Y continúan siendo utilizadas como reclamo de nuevos espectadores.

Cuatro ha sido la última en subirse al carro de los culebrones. Siguiendo el ejemplo de Antena 3 (que triunfa año tras año con las telenovelas de corte histórico Amar es para siempre y El secreto de Puente Viejo), la cadena ha optado por el culebrón Ciega a citas. Su lanzamiento, el pasado martes, pese a registrar un discreto 7,6% de share, logró su principal objetivo: batir a su rival inmediato, el espacio Zapeando de La Sexta.  Esta semana la serie sigue sacando ventaja al programa de Frank Blanco.

Pero hay más cadenas amantes de las historias rosas. El grupo Mediaset  anunció en febrero la conversión de La Siete en un canal íntegramente dedicado a telenovelas. ¿Tan interesante es el género para una compañía? El director del canal, Sergio Calderón, cita dos claves: el alto índice de fidelidad de su audiencia y su buena conversión en público comercial. Aunque los resultados se cocinen "a fuego lento", admite.

En cuanto a la programación de La Siete, junto a próximos estrenos como Avenida Brasil —una historia sobre venganza que se ha convertido en un bombazo mundial—  destacan los remakes de producciones que arrasaron en los 80. "Triunfan las historias universales que ahondan en sentimientos básicos como el amor, la pasión o la rivalidad", explica Calderón.

También, y cada vez más,  protagonistas con cuerpos esculturales como el de William Levy de La tempestad (a quien ya llaman 'el Brad Pitt latino'). Y las series que, como Ciega a citas, renuevan los contextos, añaden el humor y convierten a sus estrellas en jóvenes urbanitas del siglo XXI, más parecidas a Bridget Jones que a sus antecesoras. La renovación del género también ha llegado en forma de dinero: las ofertas tienen cada vez más presupuesto.

Sobre la evolución de los folletines tiene mucho que decir José Carlos Palao, un joven de 20 años que alterna sus estudios de Derecho con el videoblog para La Siete El telenovelero. "Cada vez son más abiertos y sus protagonistas han dejado de ser siempre chicas pobres para convertirse en otros perfiles más cercanos a los del televidente". Además, han "aumentado las tramas sobre drogadicción, estafas y violencia que alteran la historia rosa". Una técnica en la que los colombianos y brasileños llevan la delantera.

Mientras, Argentina es pionera en otros contextos: su serie Botineras, cuyos personajes son futbolistas, muestra un romance homosexual lleno de besos furtivos y de alguna escena amorosa más explícita de lo que el género nos tiene acostumbrados. "En España no se ha llegado a tanto, se opta por guiones más conservadores", opina el bloguero, que recomienda la telenovelas Porque el amor manda y Mentir para vivir de las que conviven ahora en antena.

En cuanto al buen momento por el que atraviesan las telenovelas en la parrilla española, todos aluden a la desaparición del formato de la sobremesa de La 1, que "ha contribuido a rediseñar el escenario televisivo" y a abrir nuevas puertas al género en otras cadenas. Un nicho que sigue demostrando que es eficaz.