El gasto familiar medio en Andalucía se derrumba un 23% en seis años, según un informe de Eroski Consumer

El gasto familiar medio en Andalucía se derrumba un 23 por ciento en seis años, según un informe de Eroski Consumer, que señala que el gasto medio por hogar en 2012 ascendió a 25.615 euros, un nueve por debajo de la media nacional (28.151 euros).

El gasto familiar medio en Andalucía se derrumba un 23 por ciento en seis años, según un informe de Eroski Consumer, que señala que el gasto medio por hogar en 2012 ascendió a 25.615 euros, un nueve por debajo de la media nacional (28.151 euros).

Desde 2008, año en el que se superaron los 30.600 euros de media, hasta 2012 la contracción ha sido del nueve por ciento y si se elimina el impacto del IPC anual, el gasto familiar en territorio andaluz se derrumba un 23 por ciento.

Si se lanza una mirada hacía el resto de comunidades autónomas, los extremos se encuentran, por un lado, en Madrid, País Vasco y Navarra (donde los hogares realizan un gasto medio por encima de los 30.000 euros) y por el otro, en Canarias y Extremadura (allí no alcanzan los 23.000 euros de media).

Mayor gasto:

En vivienda

El hogar y todo lo que le rodea es el que más dinero se lleva del presupuesto anual de las familias andaluzas, 8.835 euros de media. En segundo lugar, se encuentran las necesidades básicas como la alimentación y bebidas no alcohólicas, los artículos de vestir y calzado, y la salud. En esta partida, los hogares andaluces gastan una media de 6.240 euros.

En tercer lugar, está el ocio (hostelería, espectáculos y cultura, y bebidas alcohólicas) que se llevan una media de 4.340 euros y, por último otras necesidades como la enseñanza, los transportes y las comunicaciones que supusieron 4.270 euros del gasto total de las familias.

En seis años, desde 2006 hasta 2012, la radiografía del gasto familiar en Andalucía ha cambiado mucho. A pesar de las dificultades económicas que ha traído consigo la crisis, la partida que más ha aumentado en el transcurso de este periodo ha sido el gasto en vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, un 25 por ciento. Y es que mantener y conservar una vivienda supone acometer importantes desembolsos por las continuas inflaciones: hipotecas o alquileres, impuestos ligados a la vivienda (IBI, limpieza, basuras, alcantarillado, etc.), gastos corrientes de luz, agua y calefacción; reparaciones y un largo etcétera.

Por el contrario, las familias andaluzas han disminuido su gasto especialmente en mobiliario, equipamiento del hogar y otros gastos corrientes de conservación de la vivienda (nada menos que un 39%), en artículos de vestir y calzado (un 35%) y en transportes (un 28%).

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