El mar ha vuelto a causar estragos en Santander, donde ayer lunes las olas alcanzaron en algunos momentos hasta los 12 metros de altura y arremetieron especialmente contra la zona de la segunda playa del Sardinero, donde este martes se evalúan los "destrozos" del mobiliario y las infraestructuras públicas, así como en las propiedades privadas, aunque el Ayuntamiento ha asegurado que los daños son "en gran medida menores" que los del temporal de principios de febrero.

El alcalde de Santander, Iñigo de la Serna, ha visitado esta mañana la zona de la segunda playa del Sardinero y ha comprobado de primera mano los "evidentes" daños que ha causado este nuevo temporal que, aunque son "menores" en términos generales, en algunos establecimientos han tenido "una magnitud muy similar" a pesar de que en esta ocasión se habían tomado diferentes medidas de protección y contención del agua.

De la Serna, que ha estado acompañado por varios miembros del equipo de Gobierno y la Policía Local, ha destacado de los daños públicos lo que más "preocupa" es el "desplome" del paseo marítimo, mientras que, entre las propiedades privadas afectadas, es la sala Buenas Noches Santander (BNS), en la playa de La Concha, donde "parte de la estructura está dañada".

A consecuencia de los sucesivos temporales, el mar ha ido "haciendo un lavado permanente" del pie de sujeción del muro del paseo marítimo de la segunda playa del Sardinero, lo que ha hecho que parte de éste se haya desplomado y que más de 90 metros estén "en el aire" y hayan aparecido "fisuras y grietas" en diversas zonas que corren también el riesgo de hundirse, según ha explicado el alcalde.

Ese "movimiento" del muro que se está produciendo es "lo más urgente" de solucionar y, por ello, el alcalde ha indicado que el Ayuntamiento va a instar a la Dirección General de Costas a que "con la mayor celeridad posible" articule los medios necesarios para "consolidar la cimentación del muro".

"Lo más urgente es evitar que se siga moviendo el muro y se pueda llegar a producir el desplome del mismo", ha ensalzado De la Serna, que ha señalado que, si bien, los servicios técnico tendrán que evaluar el estado de éste para "ver si se puede o no reparar directamente", que medidas hay que adoptar para "garantizar la estabilidad y seguridad completa" o incluso determinar si hay que realizar "rellenos".

Daños en bienes públicos

Por otro lado, ha detallado otros daños en bienes públicos como papeleras, bancos, árboles o luminarias, algún tramo de barandilla en las playas del Sardinero y El Camello y pequeños daños en el recinto de la Península de La Magdalena (un banco y una farola).

Asimismo, el mar ha provocado que se haya roto un nuevo tramo de tubería de la zona del paseo de Piquío, donde el Ayuntamiento ya había reparado otra rotura causada por el temporal anterior. "La tubería reparada está bien pero se ha roto la losa de hormigón sobre la que se apoya esa tubería y, a 20 metros, se ha roto otro tramo de la tubería antigua", ha detallado.

Además, puede haber daños en la caseta de las bombas de abastecimiento por los que se puede estar "produciendo vertido" a la playa y todavía no se ha evaluado el estado del emisario submarino del entorno costero del hotel Chiqui, ha dicho.

No sólo el mar ha dañado bienes públicos, sino que las rachas de viento que superaron los 100 kilómetros por hora también han causado daños en cuadros, luminarias, farolas o globos tanto de la zona costera (avenida García Lago, Piquío, El Camello o La Magdalena) sino en resto de la ciudad (Camarreal, Peñacastillo, plaza Alfonso XIII, plaza del Príncipe o Paseo Pereda, entre otras).

Daños en propiedades privadas

Por otro lado, el alcalde ha detallado los daños en diferentes propiedades privadas de la zona del Sardinero y ha destacado los afectos de los sucesivos temporales en el edificio de la sala BNS, donde "la estructura está dañada" debido a un "proceso de descarnado" de la parte inferior. "De hecho hay cimientos que están al aire y se ve incluso la armadura, algo que tendrán que evaluar los servicios técnicos para ver el alcance del daño", ha añadido.

A nivel material, el establecimiento más afectado ha sido nuevamente el restaurante El Parque, donde las olas han "destrozado la fachada y roto muchos ventanales" y se produjo "una entrada de agua masiva" que no pudieron retener los elementos de protección que habían colocado sus propietarios.

En el bar El Cormorán, el mar volvió a "reventar" los ventanales, que acaban de ser puestos nuevos tras el anterior temporal de febrero; se ha caído el techo de la cocina, donde además hay acumulado más de medio metro de agua; y por primera vez el agua alcanzó la segunda planta del edificio.

En esta misma zona, ha indicado que en el hotel Chiqui entró el agua a la recepción pero la protección de las jardineras del espigón permitió "aguantar más"; en la comunidad de propietarios de la avenida García Lago ha entrado agua pero no ha causado muchos daños ya que la policía pidió a los vecinos retirar los coches de los aparcamientos superiores y subterráneos y ellos mismos "condenaron" las puertas principales; al quiosco situado en el paseo le ha entrado agua pero el mar no le ha desplazado de su lugar como ocurrió en el anterior temporal; o el supermercado BM que le entró algo de agua pero sólo causó "daños menores" y no ha perdido mercancía.

En la primera playa del Sardinero, el restaurante Maremondo y la escuela de surf de los bajos "no se han visto afectados en gran medida" porque habían protegido las entradas, mientras que en el entorno de La Magdalena, el bar restaurante El Balneario ha registrado daños en la rampa de acceso a la playa, en los cuadros eléctricos, en el muro y puertas.

Aún no hay valoración de daños

El alcalde ha indicado que aún no hay una valoración económica de los daños ni el caso de los registrados en bienes públicos ni en los privados, pero ha indicado que éstos se "acumulan" a los del temporal de febrero y quizá haya más daños que "no se ven todavía" pero que empezarán a "dejarse notar".

También ha señalado que en estos momentos el Ayuntamiento trata de "reponer todo esto a la normalidad", para lo que, ha dicho, trabajará de "manera coordinada" con el Gobierno de Cantabria y con la Delegación del Gobierno.

Olas de unos 12 METROS

De la Serna ha detallado que en la jornada de ayer lunes hubo un oleaje con una media de ocho metros pero en determinados momentos las olas alcanzaron los 11 y los 12 metros de altura, una circunstancia que se sumó, sobre las 18.00 horas, a la pleamar, que tenía un coeficiente de marea de 103.

Cantabria estaba en alerta roja por fenómenos costeros ante esa situación y aunque esta martes el aviso ha disminuido a nivel naranja (riesgo importante en lugar de extremo), el alcalde ha asegurado que el Ayuntamiento va a mantener activado el protocolo de seguridad.

Así, al igual que ayer, se mantendrá cerrado al tráfico la avenida García Lago, los accesos a la segunda playa del Sardinero y el aparcamiento de El Camello y se protegerán zonas costeras como el minizoo de La Magdalena o la senda costera de Mataleñas.

Para estas labores de protección y prevención, el Ayuntamiento movilizó ayer lunes a cerca de 30 personas de los servicios de protección civil, Policía Local y bomberos.