Partía de una recopilación de textos. Me gusta escribir la realidad día a día y tengo varios dietarios que mezclan fragmentos literarios con notas. Incluyo frases textuales, con las que ya no estoy de acuerdo, pero que me describen con 17 ó 21 años.

Une sexo, drogas, mujeres, música... ¿Sería posible adaptarla al cine?

Hasta el más difícil se puede llevar al cine. El autor del libro tiene que dejarle al director las manos libres y asumir que la película no será igual. Yo soy partidario de ceder los derechos, desentenderte.

¿Qué le aporta la narrativa?

Un aprendizaje inmenso. Intento practicar cualquier cosa que veo y que me gusta. La lectura es una escuela de aprendizaje total, por eso digo que soy un copión porque sólo tengo ansias de contar cosas. Me pasó lo mismo en la música.

Tras la crítica a Loquillo en Corre, rocker, ¿este libro ha marcado su reconciliación?

La reconciliación cayó por su propio peso. Los dos nos hemos ido haciendo mayores y evolucionando. Yo veía difícil que sucediera, pero se dio la oportunidad y hubiera sido estúpido rechazarla por orgullo. En el fondo, sólo éramos dos gallos en un gallinero que querían mandar mucho.

¿Y se han planteado volver a colaborar en un disco?

El próximo disco de Loquillo incluirá canciones mías. Será una manera nueva de trabajar, pero tenemos lazos comunes que existen.

¿Cómo va su cuarto libro?

Saldrá en breve y se llamará Historia del hambre y la sed. Gira en torno a la emigración en Cataluña y lo que ha sucedido con el partido Ciudadanos que creamos en 2006.

Bio. Nació en Barcelona en 1961. Con 19 años comenzó a escribir canciones para Loquillo y los Trogloditas. Ahora crea libros.