Sí, es una adaptación de un cuento que publiqué hace dos años. En ella trato el tema de la insatisfacción, de búsqueda y de intentar completar la identidad de una persona con un objeto.

¿Qué referencias emocionales ha querido plasmar?

Me influyó mi propia sensación de no saber quién soy. Hay días que me levanto y me siento un genio y otros en los que me planteo cómo alguien puede soportar verme comer. Son los momentos de crisis.

¿Suele tener muchos de esos momentos?

(Risas) Sí, los suelo tener cada siete días. Es una forma de vivir, preguntándote cosas.

Entonces será también maniático, ¿no?

Sí, soy totalmente maniático (risas). Yo no sé nunca dónde sentarme en un bar, dónde tomarme el café, y cuando me siento, tampoco estoy cómodo... Pero bueno, no le tengo miedo a mis pequeñas dosis de locura, me hacen gracia.

Tiene ya un Goya por Smoking Room y La silla está fuera de los grandes circuitos comerciales, ¿cómo se vive el cambio?

Smoking también empezó poco a poco, aunque la verdad es que este tema no me quita mucho el sueño. Si me preocupara, haría otro tipo de cine, y ya hay gente que se ocupa de ello.

¿Tiene más habilidades además del cine?

(Risas) Bueno, yo soy un inútil famoso, legendario. Ahora he masterizado esa inutilidad hasta el delirio.

No me lo imagino entonces ejerciendo de amo de casa...

En absoluto. Soy un mal partido, no hago nada en casa; lo hace mi chica.

¿No será machista?

No, no, ¡para nada! Si no quiere, que no lo haga. A mí todo eso me da igual.

¿Qué tal se le da la cocina?

La detesto, me parece una idiotez. Yo comería en un restaurante y viviría en un hotel.

Bio

Nació el 8 de diciembre de 1964 en Buenos Aires (Argentina). Trabaja como publicista en Barcelona, ciudad donde reside.