Una estadounidense ha sido condenada a cadena perpetua por asesinar a una mujer que estaba embarazada de ocho meses y robarle a su bebé nonata, en el estado norteamericano de Massachusetts.

La procesada, Julie Corey, de 39 años, había sido ya declarada culpable la semana pasada por el asesinato en primer grado, es decir, premeditado, de Darlene Haynes en julio de 2009.

El Tribunal Supremo de Worcester, en Massachusetts, la ha condenado a pasar el resto de su vida en prisión, según han informado los medios locales.

La víctima tenía 23 años y estaba embarazada de ocho meses cuando fue asesinada por Corey, según el fallo.

Haynes fue hallada muerta en su apartamento de Worcester el 27 de julio de 2009, con fracturas craneales, signos de asfixia, un cable alrededor del cuello y una incisión de unos 23 centímetros en el abdomen.

El bebé que esperaba había desaparecido. Días después la criatura fue encontrada con Corey y su novio.

Los abogados de la acusada se están planteando una apelación, ya que sugieren que el padre del bebé de la fallecida, Roberto Rodríguez, fue quien la asesinó y le dio después la nonata a Corey.

Rodríguez se hizo cargo de la custodia de la niña, que ahora tiene cuatro años, tras el asesinato de su madre y, según el fiscal del distrito, la pequeña "está bien".