José María Caballero, el abogado que defiende a Juan Cuenca, uno de los acusados en el crimen de la pareja de holandeses Ingrid Visser y Ludewijk Severin en Molina de Segura (Murcia), no ha descartado la presencia de éste en el lugar de los hechos, pero se ha mostrado firme en la defensa de su inocencia, "a pesar de las afirmaciones de otros acusados de su relación con lo ocurrido".

De hecho, ha destacado Caballero, el silencio de Cuenca ante las recientes acusaciones de los rumanos sobre su presencia en el lugar de los hechos "se debe a la decisión de preparar un escrito contundente que pruebe su inocencia".

Al ser preguntado sobre la tercera persona que hasta ahora no figuraba en la causa, un individuo al parecer de origen eslavo al que llamaban Danko, ha señalado que "no es más que la tercera persona que se había señalado también que se encontraba en la vivienda de Molina de Segura, pero que en un primer momento no fue reconocido".

La última de las comparecencias sobre este doble crimen se produjo la semana pasada, cuando el ciudadano rumano Valentin Ion, acusado también del asesinato de la pareja, confirmó que estuvo presente en el lugar del crimen en compañía de otro de los acusados, Juan Cuenca, y una tercera persona que hasta ahora no figuraba en la causa, Danko.

En concreto, Ion confirmó que el suceso tuvo lugar el 14 de mayo de 2013 en la planta inferior de la 'Casa Colorá' de Molina de Segura, y los hechos se desencadenaron, según su versión, porque el holandés Ludewijk Severin se puso "violento" en el transcurso de una discusión y sacó un arma, al parecer, una pistola, por lo que le agredieron "en defensa propia y en legítima defensa".

Según el relato de Ion, el día anterior a los hechos, el lunes 13 de mayo de 2013, se había producido una reunión en la 'Casa Colorá', en la que el holandés y Cuenca hablaron "de un tema económico que había de por medio". Aunque no ha podido concretar el problema del que se trataba, explicó que el holandés y Cuenca se hacían reproches mutuamente. Al parecer, Ludewijk Severin se encontraba en una situación "muy difícil" y pedía a Cuenca "una solución".

El 14 de mayo se produjo una segunda reunión en la que el ciudadano holandés "se puso nervioso, se inició una discusión y se amenazaron hasta que, en un momento determinado, Ludewijk Severin sacó un arma" e Ion "se tuvo que defender al entender que estaba en peligro su vida y la de todos los que estaban allí".

En este sentido, Ion reconoció que "agredió al holandés", de forma que el arma cayó al suelo, y cuando la iba a coger su pareja, Ingrid Visser, fue agredida por esa tercera persona hasta hoy desconocida, Danko".