La sociedad cada vez es más longeva: los madrileños viven hoy casi cuatro años más que hace solo una década.

En 1995, la edad media de defunción era en la comunidad de 74,3 años.

En 2005, sólo 10 años más tarde, la edad media de los madrileños en el momento de la muerte era mucho mayor: de 78 años, según los últimos datos del Instituto de Estadística de la Comunidad.

Por sexos, ellas viven más: 80,6 en 2005 (77,1 en 1995), frente a los 75,5 de ellos (71,5 en 1995).

Mortalidad infantil

Isidoro Ruipérez, presidente de la Sociedad Española de Geriatría, explica que "el importante descenso de la mortalidad infantil" es una de las claves de este fenómeno.

Hace dos décadas, en 1986, de cada mil niños nacidos en la región, 7,85 morían antes de cumplir el año.

Hoy en día, esta cifra se ha reducido a apenas cuatro de cada mil nacidos.

La mejor calidad de vida, las campañas de prevención y los exhaustivos controles que se realizan hoy a las embarazadas están detrás de esta mejora. Los niños tienen más vacunas y durante la gestación se suministran vitaminas que previenen enfermedades.

Además, actualmente hay una mayor rapidez y efectividad al diagnosticar las enfermedades y los tratamientos son mucho más específicos que antes.

"Cuanto más desarrollado está un país, más vive su población", resume Ruipérez.

Problemas cerebrales

En 2005 (últimos datos disponibles), murieron 40.838 personas que residían en la región. Las enfermedades cerebrovasculares, las del sistema respiratorio, los infartos y los tumores son las principales causas de mortalidad entre los residentes de la región y acumulan más de la mitad de todos los fallecimientos.

"Bueno para la economía"

"En una sociedad longeva, todo son ventajas", asegura Isidoro Ruipérez. Pese a la creencia popular, Ruipérez cree que "los mayores generan riqueza porque cuidan de los nietos, viajan en invierno y dan trabajo a muchos cuidadores, sobre todo a los inmigrantes".

Además, "nuestros mayores tienen calidad de vida porque hoy en día vejez no es sinónimo de enfermedad ni de dependencia". Aunque no fija una fecha, este geriatra sostiene que "algún día la esperanza de vida será de cien años".

"Mi secreto es lavarme a diario con agua fría"

Con la misma ilusión que una niña espera su cumpleaños María García, una anciana de 99 años. Mañana celebra su centenario en la residencia de la Comunidad González Bueno, en Madrid. Ayudada por su andador, pues sufre de artrosis, a María su edad no le ha restado ni un ápice de vitalidad.

¿Cuál es el secreto para ser centenaria?

Comer bien y lavarse por las mañanas con agua fría.

¿Y para llegar con tan buena calidad de vida?

Alimentarse bien. Como purés, pescado... aunque los filetes no me gustan mucho.

No obstante, algún achaque es normal a su edad.

Estoy muy sana, salvo por mi artrosis en las rodillas.

¿Cuál es la experiencia más bonita de su vida?

Ser como soy. Siempre he sido una mujer muy honesta, calladita y seria.

Entonces, ¿no ha formado una familia?

Soy soltera. Aunque he tenido algún pretendiente, ninguno me ha gustado, prefería quedarme en casa cosiendo en lugar de ir al baile.

Y, ¿la más dura?

La guerra civil. Fue una época de mucha hambre y muy dura, mi padre murió. Estuve tres años en el campo comiendo mendrugos de pan.

¿Qué invento pensó que nunca llegaría a ver?

Me gusta mucho ver los toros por la televisión, aunque creo que antes, cuando no había lavadora, se lavaba mejor la ropa.

¿Qué es lo que le ha enseñado la experiencia?

Que la salud es lo más importante en la vida.

¿Hará una fiesta para celebrar su cumpleaños?

Voy a estrenar un vestido. Estoy abierta a recibir todo lo que me regalen.

Bio

Nació en 1907 en Cabezón de la Sal (Cantabria), aunque reconoce que se ha «criado en Colmenar Viejo».