Indignación, rabia, preocupación y, sobre todo, miedo. Es lo que sintieron Iván Vallejo y Ricardo Lucas, un matrimonio residente en Las Pajanosas (Guillena, Sevilla) cuando comprendieron que el colegio privado Yago School, en Castilleja de la Cuesta, les negaba la escolarización de su pequeño en 2012 por ser hijo de una familia homoparental.

"Ahora, el juez ha imputado al director y a la responsable de admisión del centro por un delito "contra los derechos fundamentales y las libertades públicas garantizadas por la Constitución". Durante la fase de instrucción, el juez ha contado con varias aportaciones más: un expediente administrativo abierto por la Junta de Andalucía y documentación aportada por el Banco de Santander, que demuestran que se abonaron fianzas de reserva de plaza en el centro después de que este le asegurara a la familia que no había plazas.

Los hechos tienen su origen en septiembre de 2011, cuando la pareja se interesó por la matrícula en este centro privado. Desde el primer momento, se identificaron como una familia homoparental. El colegio les informó de que no había plazas, pero una llamada de teléfono , en la que no dijeron quiénes eran, la información fue la contraria: sí había plazas vacantes.

"En todo momento nos estuvieron dando excusas, que había habido un error, que no había plazas, que lo intentáramos al año siguiente...", explica Iván a 20minutos. En la última conversación que mantuvieron, la responsable de administración (y hermana del director, señala Iván) les indicó: "Donde manda patrón no manda marinero", y les colgó el teléfono.

Al comprender que no querían escolarizar al pequeño, que entonces tenía dos años y medio, la pareja sintió "miedo" por su hijo, "por las consecuencias que tuviera para él crecer en una sociedad en la que te topas con actos homófobos como este, en pleno siglo XXI", continúa Iván, que reconoce que "nunca" les había pasado "algo así".

La primera denuncia que interpuso el matrimonio fue ante el Defensor del Pueblo. "Cuando salió el informe del Defensor del Menor y vimos que la Consejería de Educación se había interesado por el tema y lo estaba investigando, es cuando nos decidimos a llevarlo a los tribunales", relata Iván. Con la imputación del director y la responsable de admisión, se sienten "muy contentos, pero con cautela porque ellos pueden recurrir y, en todo caso, hay que ir a juicio".

Iván quiere lanzar un mensaje muy claro: "Los actos de homofobia hay que denunciarlos, la gente debe saber que tienen consecuencias". Además, Iván y Ricardo han ampliado hace unos meses la familia con dos mellizas de 4 meses. Y no quieren que les pase con ellas lo mismo que con su hijo. "Ni que nos pase a nosotros ni que le pase a nadie más", concluye.

Yolanda Hervás, la abogada de la pareja denunciante, explica a 20minutos que, tras la imputación por parte del Juzgado de Instrucción número 2 de Sevilla, la Fiscalía y la acusación particular tienen que elaborar sus escritos para solicitar el archivo de la causa o la acusación. "Nosotros, lógicamente, haremos un escrito de acusación. Lo que tenemos que decidir es si pedimos pena de prisión (de 1 a 3 años) o pena de multa", asegura la letrada.

Lo que tienen claro es que no van a solicitar que el centro escolarice al pequeño. "Ahora está estudiando en un colegio público donde no le discriminan", sentencia Iván.

20minutos se ha puesto en contacto con el colegio Yago School para que ofrezcan su versión de los hechos, pero han asegurado que "no se van a pronunciar sobre nada de este tema". Sí han asegurado que ambos, tanto el director como la responsable de admisión, acudieron ayer a trabajar.

La asociación Colegas ha celebrado también la imputación, y confía en que "se condene al colegio y sus responsables porque creemos que es un delito que atenta contra los derechos fundamentales y las libertades públicas". Y porque es "un clarísimo ejemplo de trato discriminatorio que no se deberá permitir en los centros educativos, públicos o privados".

Por otro lado, Colegas ha pedido a la Junta que abra un expdiente contra un médico de un centro de salud San Miguel de Torremolinos (Málaga) por "trato homófobo". Según denuncia la asociación, Noelia M. acudió el pasado lunes al ambulatorio aquejada de dolores en la espalda. Iba acompañada de su pareja, Nazaret S.

Cuando el médico supo que eran pareja, declaró que era "antinatural", según Colegas. "En vez de ofrecerles medicación para apaciguar los dolores, le dijo que debería hacer excursiones por el campo y reunirse con chicos" porque "no era bueno ser homosexual".