Christopher Stott, el pintor que devuelve el protagonismo a los objetos anticuados

  • El artista ilustra máquinas de escribir, ventiladores de metal, cámaras de fuelle, teléfonos de disco, libros viejos...
  • Pinta con una técnica "lenta y paciente" realistas bodegones bañados por una luz natural, blanca y suave.
  • Stott escoge estos objetos, cada vez más prescindibles en el día a día, por su atractivo estético y su carácter metafórico.
Uno de los óleos de máquinas de escribir del artista
Uno de los óleos de máquinas de escribir del artista
Christopher Stott - George Billis Gallery, New York
Uno de los óleos de máquinas de escribir del artista

Dispuestos con mimo, los relojes despertador dan la hora colocados sobre viejos libros como si estuvieran en un improvisado podio. Las máquinas de escribir, los ventiladores de aspas de metal y las cámaras de fuelle son tratados con el mismo cariño por el pincel de Christopher Stott (1976), el pintor realista residente en Canadá que en cada cuadro decide devolver la importancia a objetos anticuados que cada vez son más prescindibles en el día a día.

Hasta el 21 de febrero, la galería George Billis exhibe en su sede de Nueva York una selección de trabajos recientes de Stott, composiciones limpias y sencillas de humildes protagonistas inanimados que se dejan bañar por una luz natural, blanca y suave. Aunque de refinado detallismo, el artista no oculta en su estilo las pinceladas delicadas y visibles en detalles como los cantos de los libros y los reflejos sobre las carcasas metálicas.

"Son estéticamente atractivos y tienen un sutil pero omnipresente carácter metafórico", dice el autor de las máquinas de escribir, los teléfonos de disco, los volúmenes ajados, las cámaras analógicas, las maletas, los relojes y los ventiladores que pinta al óleo. "Crean una narrativa por sí mismos".

De los interiores de Vermeer al pop de Thiebaud

Los objetos agrupados adquieren a través de la mirada del pintor un "estatus de icono" y se convierten en piezas admirables que recuerdan a la sutileza pop de los apetitosos dulces de Wayne Thiebaud (1920), pero también a las naturalezas muertas de Jean Siméon Chardin (1699-1779) e incluso al atractivo luminoso de los interiores del maestro holandés Johannes Vermeer (1632-1675).

Su forma de pintar es "lenta y paciente" como el proceso de revelado de un negativo o el marcado de los números en un teléfono antes de la llegada de los dinámicos teclados. Stott Interpreta su técnica como un largo proceso de "perfeccionamiento, pellizcos y aprendizaje". "No hay nada precipitado en lo que hago. Es un proceso gradual, contemplativo y con muchas capas", declara Stott haciéndo caso omiso de la rapidez digital en la que vivimos.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento