Lo que más contribuirá a mejorar la calidad del agua serán los nuevos filtros de carbón activo (ya funcionan en Las Eras), que quitan olores y sabores.

En San Isidro hacen más falta porque el agua, que se toma del canal del Duero, es peor que el procedente del Canal de Castilla. Por esta razón necesita más tratamientos para quitar impurezas.

Agualid insiste en que es «100% potable». «En Valladolid se bebe mucho agua embotellada sin necesidad, por costumbre o por manía», dice el gerente, Tomás Pérez.

Además de los filtros, se hará un nuevo depósito de 50.000 litros, que se suma al de 23.000 que ya hay al lado y el de 100.000 del cerro de Las Contiendas. Son para emergencias y garantizarían el suministro de dos días si las dos estaciones de agua se estropearan a la vez.

La reforma costará cerca de 13 millones de euros, el 80% lo paga la Unión Europea y también incluye la restauración de los viejos edificios (que podrían albergar un museo), cambio del sistema de bombeo, medidores de calidad...

Agua para dos ‘Valladolides’

Valladolid tiene instalaciones para dar de beber agua al doble de habitantes de los que tiene, siempre y cuando corra el líquido por los canales de los que se abastece la ciudad. El consumo doméstico diario ronda los 100.000 litros, si bien en el último año ha bajado un 5%, según los datos que maneja Agualid. Las dos plantas potabilizadoras están conectadas entre sí desde el año pasado y si alguna se avería la otra podría abastecer al resto.