«Hay un montón de habitaciones con tres camas y eso repercute directamente en nosotras. El trabajo aumenta, pero el número de trabajadores es el mismo, con todo lo que supone», indican las delegadas del sindicato.Además, y como suele suceder cuando llega el frío y aparece la gripe y las afecciones respiratorias, los pacientes suelen ser mayores, «muchos de ellos dependientes», lo que implica un sobreesfuerzo de las profesionales al tener que ayudarles a comer o cambiarles los pañales.
El pasado jueves, con tres camas en 56 habitaciones, este periódico habló con varias trabajadoras que explicaron que llevan un mes con una carga excesiva de empleo. «Esto conlleva mayores problemas de salud de los trabajadores y más bajas, que además no se suplen hasta los dos días», explican.
El pasado jueves, con tres camas en 56 habitaciones, este periódico habló con varias trabajadoras que explicaron que llevan un mes con una carga excesiva de empleo. «Esto conlleva mayores problemas de salud de los trabajadores y más bajas, que además no se suplen hasta los dos días», explican.
«Lo mismo sucede los fines de semana. Aumentan los pacientes, pero es cuando menos personal hay», comenta la secretaria Provincia de SAE, Maite Fernández. «Los pacientes deberían reclamar a los responsables para ver si algo cambia», subraya.
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