Una patera con 12 subsaharianos varones y adultos a bordo "ha embestido y acometido" contra la embarcación de los GEAS de la Guardia Civil que acudió a interceptarla antes de que se adentrase en la dársena portuaria de Melilla.

Según ha informado a Europa Press una portavoz de la Delegación del Gobierno, los hechos ocurrieron en la noche de este viernes y durante los mismos los agentes de la Guardia Civil tuvieron que enfrentarse "a una difícil situación en la que fueron blanco del lanzamiento de piedras e incluso de un violento acometimiento que provocó daños en la embarcación de la Benemérita, justamente en el motor de estribor".

La portavoz ha subrayado que un guardia civil sufrió también el impacto de una pedrada, "afortunadamente sin mayores consecuencias".

A raíz de estas incidencias, la Comandancia envió una segunda embarcación de los GEAS a modo de refuerzo y la patera finalmente fue interceptada. Activado el protocolo, la patera quedó a cargo de las fuerzas de seguridad marítima de Marruecos, "conforme a lo previsto en el protocolo vigente".

La Delegación del Gobierno ha lamentado "el uso demagógico que algunas voces, aparentemente con información privilegiada, pretenden hacer de estos intentos de acceso ilegal a territorio español, a instancias de mafias que trafican con seres humanos".

Para la Delegación del Gobierno, "no es admisible que se intente forzar a toda costa la entrada ilegal de inmigrantes y que, además, algunos sectores intenten convertir el cumplimiento de la legalidad vigente en un acto opuesto a la solidaridad o atención humanitaria que merecen todas las personas". "Muy al contrario conforme a lo previsto por la ley, la Guardia Civil cumple con la defensa de las fronteras marítimas y terrestres sin perjuicio de atender a un mismo par el auxilio humanitario que puedan requerir los inmigrantes", añaden las mismas fuentes.

Abdelmalik El Barkani, delegado del Gobierno en Melilla, ha reiterado por todo ello su apoyo y respaldo a la Guardia Civil y reconoce "su inestimable labor en la lucha contra unas mafias que, está demostrado, abocan a los inmigrantes a la desesperación, hasta convertirlos en sus auténticos rehenes".

Así, ha recordado que "las investigaciones realizadas han permitido cotejar que cada inmigrante a bordo de una patera ha pagado previamente a las mafias entre 1.500 y 1.800 euros, lo que permite cuantificar la dimensión de un negocio basado en el tráfico sin límite de seres humanos, aún a costa, como ha quedado demostrado, de poner en serio riesgo la propia vida de los inmigrantes".