Impolutos relieves que forman escenas oscuras y caóticas

  • El artista estadounidense Jed Morfit crea bajorrelieves de aspecto delicado y construye con las piezas escenas de "violencia, avaricia y caos".
  • Define los superpoblados conjuntos como obras "entre el puzzle y el collage, con la diferencia de que yo hago todas las piezas".
  • Modela cada elemento a mano, de los originales saca moldes de silicona y reproduce cada motivo en numerosas copias de plástico.
'El precio de hacer negocios', uno de los bajorrelieves del artista estadounidense
'El precio de hacer negocios', uno de los bajorrelieves del artista estadounidense
© Jedediah Morfit
'El precio de hacer negocios', uno de los bajorrelieves del artista estadounidense

Hay cerdos, monos, hombres bebiendo botellines de cerveza, carros de la compra, esqueletos, ancianos con la espalda encorvada, mujeres vestidas de María Antonieta... Al principio divertidas, las figuras por separado no parecen comunicar nada, pero si se miran con atención, las caóticas escenas descubren detalles oscuros, "imágenes de violencia, avaricia y consumismo".

Los bajorrelieves del artista estadounidense Jed Morfit tienen el aspecto impoluto y delicado de la porcelana y la escayola, recuerdan a los elementos ornamentales de una antigua vasija o de un friso. Además de las grandes figuras y platos, en la producción del autor hay una serie de obras que denomina "relieves enmarcados", composiciones de personajes y objetos inmaculados en un irremediable desorden.

Morfit ha sido testigo muchas veces de cómo las reacciones del espectador comienzan con "¡qué divertido!" y siguen con "un momento, esto no es tan divertido como yo creía". Cuando eso sucede, sabe que ha comunicado su mensaje. "Thomas Hobbes decía sobre la vida del Hombre que era 'solitaria, pobre, desagradable, brutal y corta', puede ser un cliché, pero creo que hay mucha verdad en ello. Y lo digo como alguien que tiene la mejor existencia que podría pedir".

"Un filtro muy limpio y decorativo"

Aún con el propósito de comunicar ansiedad vital, Morfit presenta sus bajorrelieves enmarcados como "visualmente seductores", con un "filtro muy limpio y decorativo". Confiesa que fue educado para ser "un ciudadano cortés y positivo" y que ha crecido en un entorno que considera "no sólo vergonzosas, sino incluso groseras" las ideas deprimentes y existenciales.

Define los superpoblados conjuntos como obras "entre el puzzle y el collage, con la diferencia de que yo hago todas las piezas". Esculpe a mano con arcilla polimérica cada elemento y de los originales saca moldes de silicona.

"Es basura, pero funciona"

El material no es precioso ni canónico: aunque al principio tenía sus reservas, el artista se decantó por el plástico, "es basura, pero funciona para lo que lo quiero y aprecio su carácter desechable, ajeno a las bellas artes". "Es importante que una parte de proceso tenga un sentido de espontaneidad y juego", dice encantado de poder reproducir todas las veces que se le antoje cada motivo para encajarlo después.

En toda su producción artística mezcla el pasado y el presente. Un personaje con un caso de armadura puede llevar también chanclas; un vaso de cartón puede convivir junto a una lámpara de estilo neoclásico.

A pesar de confesar que no está "interesado en la nostalgia", sí considera que todo creador tiene que ser "completamente honesto.Ya sé que esto no va con la escena del arte contemporáneo", dice con sorna, "pero la escultura que me ha conmovido más ha sido siempre la más elaborada, la que contiene una narrativa que encierra misterio. Me sobrepasan la complejidad visual (...), el talento y el trabajo implícito".

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