En estos días han empezado a registrarse los niveles máximos de polinización de las cupresáceas (cipreses y arizónicas).

Esto provoca que miles de los 1.200.000 alérgicos al polen que hay en la región empiecen a notar los primeros síntomas de las alergias de invierno.

La molesta irritación de ojos y el moqueo constante –que en estas fechas pueden confundirse con un catarro– son síntomas de la alergia al polen de estas plantas.

Aunque aún falta más de un mes para la llegada de la primavera, tener alergia ahora, es algo "completamente normal", según Javier Subiza, de la Sociedad Española de Alergología.

"Pese a que es más grave la alergia primaveral, por gramíneas, los afectados por cupresáceas notan sus síntomas desde ahora y hasta marzo".

Las buenas temperaturas de este invierno y "la amenaza del cambio climático no han adelantado los síntomas de las alergias", según Subiza.