Se rotulan en la piel miedos, traumas y prejuicios para luchar contra el estigma social

  • El fotógrafo Steve Rosenfield retrata a personas que escriben sobre la piel mensajes en los que revelan miedos, traumas, críticas y burlas.
  • Los modelos confiesan problemas psicológicos, enfermedades, limitaciones, circunstancias vitales del pasado y del presente...
  • El autor anima a quien contemple la serie a "conectar" con estas personas: "Puede que te veas a ti mismo en alguna de las fotos".
'No soy mi bulimia', una de las fotos del proyecto 'What I Be'
'No soy mi bulimia', una de las fotos del proyecto 'What I Be'
Steve Rosenfield
'No soy mi bulimia', una de las fotos del proyecto 'What I Be'

"Perdedor", "¡cállate!", "enferma", "siempre quejándote", "no puedes hacer eso", "no, no me drogo", "deja de mirarme"... Escritos a mano con un rotulador negro, los mensajes se pueden leer en el rostro, los brazos o las manos de los modelos: personas que podrían clasificarse como normales en un baremo previo al prejuicio.

What I Be Project (que se podría traducir por Proyecto Lo que soy) es una creciente serie de retratos realizada por el fotógrafo estadounidense Steve Rosenfield. El autor expresa su preocupación por la dificultad social para aceptar los problemas y particularidades de cada persona y busca "abrir líneas de comunicación, ayudar a aceptar la diversidad con una mente y un corazón abiertos".

Los mensajes expresan los miedos y los traumas de quien los lleva escritos, pero también las críticas y burlas más frecuentes que reciben, los estigmas sociales con los que lidian a diario. El fotógrafo llama la atención sobre lo que sucede en cuanto nos desviamos del "estandar", del riesgo de ser "juzgado, ridiculizado e incluso algunas veces morir" por diferir del resto.

"Me robaron la inocencia"

"Los participante en el proyecto son extremadamente valientes. Ponen sus inseguridades al descubierto, exponiendo una parte de ellos que nadie ha visto antes". Rosenfield destaca que los mensajes demuestran el modo en que luchan contra los problemas, pero en ningún caso los define como personas.

Una chica pelirroja dibuja en su cara una báscula en la que escribe "esclava" y revela así un trastorno alimenticio; un hombre de mediana edad garabatea en sus manos "me robaron la inocencia" confesando una infancia de abusos psicológicos. Algunos, —como el joven con el brazo amputado que se convirtió en tatuador—, cuentan los pormenores de su historia.

En la página web del proyecto se incluirán progresivamente testimonios escritos de cada persona retratada. Algunos han optado por hablar de sus experiencias ante una cámara en una serie de vídeos reunidos en el canal de Youtube del proyecto.

"Tómate tu tiempo para conectar con cada uno. Puede que te veas a ti mismo en alguna de las fotos", advierte el artista. "Animo a que el espectador mire cada imagen y se ponga en el lugar del individuo. Permitiéndote sentir lo que sienten, puede que te des cuenta de algo en lo que hasta ahora no has caído".

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