Los grupos ecologistas palentinos denuncian el uso de rodenticidas en varios pueblos de Tierra de Campos

Ecologistas en Acción de Palencia, la Asociación de Naturalistas Palentinos y la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico han denunciado la pasada semana ante el Seprona de la Guardia Civil la localización de rodenticidas, concretamente bolsas de bromadiolona de 25 gramos, en varias fincas de la comarca de Tierra de Campos.

Ecologistas en Acción de Palencia, la Asociación de Naturalistas Palentinos y la Asociación para la Conservación y Estudio del Lobo Ibérico han denunciado la pasada semana ante el Seprona de la Guardia Civil la localización de rodenticidas, concretamente bolsas de bromadiolona de 25 gramos, en varias fincas de la comarca de Tierra de Campos.

Así lo han indicado a través de un comunicado los propios grupos ecologistas palentinos, que recuerdan que el empleo de veneno para el control de los topillos es una actividad ilegal que no está permitida en la actualidad por la Junta de Castilla y León.

Además, han apuntado que la ineficacia del empleo de rodenticidas para el control de plagas de topillo está "claramente demostrada en los últimos años" y "causa la muerte de decenas de miles de especies", mientras que la desaparición de la plaga tiene que ver con la propia autorregulación de las poblaciones, junto a fenómenos infecciosos en las propias poblaciones.

En la denuncia han indicado que en la primera de las fincas, ubicada en la localidad de Lomas, las bolsas estaban diseminadas en una alfalfa, con buena parte de ellas ya abiertas y con el grano expuesto para su consumo para numerosas especies de aves y mamíferos.

Por otro lado, la segunda finca donde se localizó el veneno fue en la localidad de Villarmentero de Campos, donde, según han afirmado, se encontró un saco de unos 30 kilos de peso repleto de dosis individuales de bromadiolona, depositado en un arroyo, con varias bolsas diseminadas sobre el agua.

Desde los grupos conservacionistas piden a la Junta de Castilla y León "una regulación y prudencia máxima para que en un futuro no se vuelvan a repetir episodios como los acontecidos estos días en la provincia de Palencia".

Aunque han señalado que la reciente adquisición de 48.000 kilos de cereal envenenado por parte de la propia Consejería les hace presagiar que la Junta "no aprende de sus errores y está sometiendo al medio ambiente y la salud de las personas a un riesgo innecesario que acarreará peligrosas consecuencias en el futuro".

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