La delicada situación económica de la Generalitat Valenciana está pasando factura a los vecinos de Valencia en forma de costes extra para el Ayuntamiento y grandes obras paradas, con las molestias que ello conlleva, que los ciudadanos no pueden disfrutar.

En concreto, cuatro infraestructuras que se están ejecutando en estos momentos están sufriendo parones y retrasos en los plazos por la falta de liquidez del Consell, que debe financiarlas en virtud del Plan Confianza aprobado en su día por el expresidente Francisco Camps.

La última inversión con problemas en sumarse a la lista es la rehabilitación del del Patio de Cristales del Ayuntamiento de Valencia. Según ha denunciado este miércoles Esquerra Unida (EU), la reciente realentización por impago anunciada por la contrata que ejecuta las obras le ha supuesto al Consistorio de 227.000 euros en concepto de alquileres, ya que las oficinas de recaudación de impuestos que estaban en esta zona se han tenido que trasladar hasta que finalicen los trabajos.

La contrata amenazó ayer martes con parar los trabajos, aunque la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, ha asegurado que finalmente han llegado a un acuerdo para seguir adelante.

Según EU, el proyecto debía estar acabado este mes, pero se ha prorrogado hasta junio de 2014, con el consiguiente incremento de estos costes.

Otras obras que han sufrido retrasos son el pabellón de la Fuensanta, el Polideportivo de Nou Moles o el centro para personas mayores de Monteolivete. Además, otros proyectos como la instalación de cámaras de seguridad en el cauce del río están aprobados, pero no se han iniciado por falta de fondos.