Estas ausencias, según el conseller Vicente Rambla, van en aumento y son superiores a las de otros sectores por el mayor riesgo de contagio de enfermedades, la presión en los servicios médicos y la relativa facilidad para conseguir la baja (la da un colega). Para luchar contra las que son falsas, Sanidad va a reforzar las inspecciones selectivas.

La Comunidad registra al año 24.000 procesos de incapacidad temporal. Los picos son en invierno (por la gripe,  según barrunta Rambla) y hay más en Valencia que en Alicante, y en los hospitales antes que en los ambulatorios.

Muchas de esas ausencias están justificadas, admite Rambla, pero «es necesario asegurar que los que están de baja lo están de verdad» para no sobrecargar a los compañeros. Con este fin, los inspectores vigilarán que un sanitario incapacitado ni finge ni aprovecha para ir a otro trabajo.

Estas inspecciones forman parte de un plan más amplio que desarrollarán 137 inspectores y 200 administrativos entre este año y 2007.

Otro de sus objetivos será el fraude en las recetas: que un médico prescriba a nombre de un pensionista fármacos que son para otras personas para que éstas no tengan que pagar ni un euro, por ejemplo.

Esta vigilancia, que también se hará por muestreo, se centrará en el facultativo y el farmacéutico. La Conselleria los «orientará» si advierte anomalías. Contra el paciente no habrá represalias.

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