El Consejo de Gobierno ha aprobado la puesta en marcha de las obras de modernización del regadío en el sector IV del Canal del Páramo Bajo, situado en el municipio leonés de Laguna de Negrillos, con una partida de nueve millones de euros.

La modernización tiene como objeto la instalación de una infraestructura hidráulica consistente en el desarrollo de una toma de balsa, la construcción de una tubería de abastecimiento de 7,1 kilómetros.

De este modo, la Consejería de Agricultura y Ganadería también se encargará de la construcción de una estación de bombeo, situada en un edificio de 1.220 metros cuadrados, diseñada para un caudal de 5.374 litros por segundo.

Dentro de las obras aprobadas también se incluye el desarrollo de la instalación eléctrica necesaria para el correcto funcionamiento de toda la infraestructura hidráulica.

Las obras tienen un plazo de ejecución previsto de 24 meses y van a permitir la modernización de 4.248 hectáreas donde trabajan 817 regantes, situadas en el municipio leonés de Laguna de Negrillos. Los cultivos más relevantes de esta zona son el maíz, los cereales de invierno, la remolacha y el girasol.

Inversión en regadíos

La Junta de Castilla y León, Seiasa y la comunidad de regantes del Canal del Páramo Bajo (León-Zamora) han modernizado, con una inversión global de 109,95 millones de euros, 17.091 hectáreas de los sectores I, II, III, V y VI de los ocho en los que se ha dividido esta zona.

La Consejería de Agricultura y Ganadería firmó el pasado 13 de noviembre un Convenio Específico de colaboración con Seiasa y la comunidad de regantes para la realización de las obras de modernización y consolidación de los regadíos del sector IV de esta zona. Fruto del convenio, las dos administraciones y los regantes van a invertir 43,7 millones de euros de los que se van a beneficiar 817 regantes.

La modernización de regadíos permiten reducir el coste de producción y facilitan su incremento consiguiendo que las explotaciones sean más competitivas y así garantizar su viabilidad futura.

Las modernizaciones de regadío consiguen un ahorro energético medio de más de un 50 por ciento, permiten la reducción del consumo de agua entre un 30 por ciento y un 40 por ciento y optimizan la utilización de fertilizantes y fitosanitarios.

Además de estas ventajas cuantitativas, las nuevas infraestructuras hidráulicas aumentan las posibilidades de diversificar los cultivos lo que aumenta también las opciones de la explotación, y mejora las condiciones de trabajo de los regantes.