La Guardia Civil ha detenido a 11 individuos, todos españoles de entre 22 y 41 años, a los que se les imputan, hasta el momento, tres presuntos robos de cableado de robo de cobre, casi 5.500 metros, de instalaciones eléctricas en Cartagena y La Unión, cuyo valor y daños ocasionados superan los 30.000 euros.

En el marco del 'Plan provincial contra el robo de cobre', los agentes han desarrollado la operación 'Eyasi' que ha permitido el arresto de estas 11 personas, de las que ocho integraban un grupo delictivo radicado en La Unión y dedicado a la sustracción del denominado metal 'rojo' y su posterior comercialización ilícita.

Otro de los detenidos, electricista profesional, suministraba información privilegiada al grupo delictivo sobre cómo y dónde cometer los robos. A los dos detenidos restantes se les atribuye la presunta autoría de delito de receptación, por adquirir el cobre sustraído.

La investigación se inició a finales del mes de octubre, después de que la Benemérita detectara la comisión de varios robos de cable de cobre en diversas localidades de la comarca del Campo de Cartagena, unos hechos que habían dejado sin alumbrado varias poblaciones y habían generado alarma social entre los vecinos.

Los robos investigados habían sido cometidos en la pedanía cartagenera de Alumbres y en La Unión. Para la sustracción del cableado de cobre, los autores empleaban la fuerza y, en algunos casos, llegaron a originar fallos en el suministro de alumbrado público.

Los primeros indicios obtenidos llevaron a los investigadores hasta un elevado número de personas que formaban un grupo delictivo con sede en La Unión y que podrían encontrarse tras la autoría de los robos de cobre investigados.

El grupo delictivo lo integraban ocho personas y estaba estructurado para la comisión de delitos contra el patrimonio, entre ellos, la sustracción de cable de cobre en tendidos eléctricos.

Su actividad criminal se iniciaba con la obtención de información privilegiada sobre las líneas que carecían fluido eléctrico para planificar cómo y dónde se debían cometer los robos sin correr riesgos. Estos datos eran facilitados por un empleado de una empresa que realizaba trabajos de electricidad por la zona y que, presuntamente, estaba vinculado al grupo delictivo.

El segundo escalón de la organización delictiva lo componían varias personas y su función era la de llevar a cabo la sustracción del cable de cobre. En el tercer y último nivel de la estructura delictiva se encontraban, supuestamente, el gerente y los trabajadores de una chatarrería, que se dedicaban a la adquisición de los efectos sustraídos y su posterior comercialización en el mercado ilícito.

Los arrestados y las diligencias instruidas han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de Cartagena.