Carlos Aguilar homenajea al 'western' en el libro 'Un hombre, cinco balas'

  • La quinta novela del experto e historiador de cine es además una obra ilustrada.
  • En ella los dibujos son fotogramas de películas que representan a los personajes.
  • Todas sus novelas tienen en común el fuerte componente cinéfilo.
Un hombre, cinco balas.
Un hombre, cinco balas.
CALAMAR EDICIONES
Un hombre, cinco balas.

Viejos enemigos sedientos de venganza contra un "sheriff" otoñal en el antiguo Oeste. Así arranca Un hombre, cinco balas, la quinta novela del experto e historiador de cine Carlos Aguilar, autor de la titánica "Guía del Cine", que ahora firma una obra de marcado tono crepuscular y cinéfilo.

El libro, publicada por Calamar Ediciones, arranca varios años después de la cinta De hombre a hombre, filme de 1967 con John Phillip Law. "Siempre pensé qué podría haber pasado con el personaje después de que al final de la película le nombraran 'sheriff'", dice el autor, y explica que su relato rescata al héroe de la película y lo enfrenta a viejos enemigos en el ocaso de su vida.

Law, íntimo amigo de Aguilar, falleció cuando ambos preparaban la autobiografía en formato de entrevista John Phillip Law. Diabolik Angel, coescrita por la mujer de Aguilar, Anita Haas. De este proyecto fallido surge ahora este homenaje en forma de novela, a partir de un héroe "anciano, viudo, entristecido y atormentado".

Un hombre, cinco balas es además una novela ilustrada, en la que los "dibujos" son fotogramas de películas que representan a los personajes; un divertimento cinéfilo que lleva a la máxima identificación del arquetipo con el actor que lo popularizó.

Este juego le permite a Aguilar reivindicar alguna de las figuras más injustamente olvidadas del "western" como Frank Braña, Hugo Blanco o Aldo Sambrell, a los que da el papel de antagonistas; mientras que en roles decididamente menores desfilan grandes divos como Klaus Kinski, Henry Silva o Jack Palance.

El historiador lamenta no haber encontrado personajes para otros iconos del género, como Tomas Milian, Franco Nero o Gianni Garko, aunque sostiene que no pretendía forzar el pasatiempo en perjuicio de la solidez del libro, que ha sido prologado por el experto Javier G. Romero y que lo cierra el director Eugenio Martín.

Carlos Aguilar (Madrid, 1958) ha escrito numerosas novelas con un fuerte componente cinéfilo, como las policiales La interferencia y Simbiosis o las recientes Coproducción y Nueve colores sangra la luna; si bien los textos sobre el séptimo arte suponen su obra más notoria, desde la ya mencionada Guía del Cine a sus textos sobre Sergio Leone y Giulianno Gemma o el reciente Cine y jazz.

A la espera de EastWood

El autor de Un hombre, cinco balas está convencido que desde Sin perdón ha finalizado el género en cuanto a categoría y calidad, y las películas del nuevo siglo que tratan de enmarcarse el género carecen de una "sintonía mental y afectiva", debido a la "falta de voluntad y afecto" de los cineastas implicados.

Así lo demuestra en su última Guía del Cine (2011), en la que achaca a Appaloosa un "guion pobre y una formalización sin el tono adecuado"; o reniega del remake de El tren de las 3:10, que le supuso una "fastidiosa decepción, prolija y ampulosa".

La última aportación al género del director cinéfilo Quentin Tarantino, Django desencadenado, no convence tampoco a Aguilar: "Es horrible, me parece un insulto al cine, al 'western' y a la inteligencia del espectador", afirma, "un homenaje a sí mismo y a la fórmula que inventó y le hizo famoso".

Sin embargo, Aguilar está lejos de echar un cierre definitivo al género del oeste en la historia del séptimo arte: "Me gustaría creer que puede renacer porque hay gente que lo quiere y lo conoce de verdad", y apostaría por una nueva aportación de Clint Eastwood, "no necesariamente como protagonista; un cineasta que, aun envejecido, "demuestra que sigue en plena forma".

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