Los vecinos del número 20 de Portillo del Prado, en La Rondilla, están cansados de uno de sus vecinos. «A la del tercero le quita las sábanas desde el tendedero y se las deja debajo del felpudo», «te pone un palito en el telefonillo del portal para que suene todo el tiempo», y así, «hace muescas en las puertas, en los buzones, pone silicona en las cerraduras», denuncian una tras otra las vecinas, que por miedo, quieren conservar el anonimato.Quien da la cara es Davies, un inmigrante indio que vive pared con pared con ese vecino indeseable al que denunció hace un año por cortarle el cable de la parabólica y romperle un cristal. La falta de pruebas le dejaron indemne y hoy se vuelve a ver las caras con él en el juzgado de instrucción número 6, víctima, según nos cuenta, de las represalias del vecino.
Davies asegura que desde que se enfrentaron en el juicio la situación empeoró. Tal y como consta en los atestados policiales del 16 de noviembre ha llegado a decirle: «Hijo de puta, cabrón… negro, vete de España… Te voy a denunciar y acusar de que has pegado a mi mujer».
Cumplir las amenazas
Dicho y hecho. 15 días después, el 5 de diciembre, Davies tuvo que ir a declarar porque el vecino, efectivamente, le había denunciado por empujar a su novia, falsamente, según Davies.
«Tengo miedo y estoy indefenso, porque es capaz de todo». Tanto la administradora de las viviendas como los vecinos se reunieron en una Junta para firmar un documento en apoyo de Davies ante el juez.
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