Investigadores de US patentan un nuevo método que permitirá diagnosticar enfermedades con nanopartículas de oro

Investigadores del Departamento de Química Física de la Universidad de Sevilla (US) han desarrollado una herramienta de diagnosis rápida y eficaz para detectar en un futuro patologías como lisozimuria o proteinuria empleando las propiedades colorimétricas del oro en disolución.
Los investigadores de la US Paula Castillo y Rafael Prado
Los investigadores de la US Paula Castillo y Rafael Prado
EUROPA PRESS/UNIVERSIDAD DE SEVILLA
Los investigadores de la US Paula Castillo y Rafael Prado

Investigadores del Departamento de Química Física de la Universidad de Sevilla (US) han desarrollado una herramienta de diagnosis rápida y eficaz para detectar en un futuro patologías como lisozimuria o proteinuria empleando las propiedades colorimétricas del oro en disolución.

Este nuevo método permite detectar a simple vista la presencia de proteínas tipo lisozima, abundantes en secreciones como lágrimas o saliva, muy ligadas a determinadas enfermedades, ha indicado la Hispalense en una nota. Para conseguirlo, se utiliza una disolución con nanopartículas de oro y una determinada concentración de sal que consigue cambiar instantáneamente el color de la mezcla, permitiendo detectar la presencia de lisozima sin necesidad de usar técnicas complejas.

Además de la sencillez, entre las ventajas presentadas por este nuevo método se encuentran la sensibilidad de detección de la proteína, del mismo orden que los métodos actuales menos convencionales y el tiempo de respuesta, pues los resultados se obtienen en segundos. Además, al contrario de lo que se pudiera pensar al utilizar oro, se trata de un método asequible. Según el investigador responsable de la patente, Rafael Prado, "con 120 euros es posible preparar varios litros de disoluciones y detectar cientos de muestras".

El oro es un metal noble, inerte y no tóxico, que sintetizado en tamaño nanométrico, adquiere unas propiedades ópticas y eléctricas ideales para ser usado como biosensor. Para desarrollar el método patentado por los investigadores de la Universidad de Sevilla Rafael Prado y Paula Castillo se ha utilizado concretamente oro coloidal cuyas dimensiones nanométricas, del mismo orden de magnitud que muchas entidades celulares como por ejemplo los virus o los receptores superficiales celulares, le permite interactuar muy bien con proteínas o polímeros como el ADN.

Los metales son buenos conductores porque sus electrones forman una nube alrededor de los núcleos atómicos y son brillantes porque esta nube refleja la luz, impidiendo que los núcleos atómicos absorban los fotones individuales. No obstante, "si abandonamos el mundo macroscópico y nos sumergimos en el mundo nanoscópico, observamos que las nanopartículas tienen una alta proporción de material de superficie", según Prado, que afirma que "comparado con el perno de un pendiente, en una nanopartícula de oro hay dos millones de veces más superficie, en proporción comparada con su volumen".

Hasta ahora, todos los procedimientos que existían para detectar lisozima en disolución se basaban en usar las nanopartículas de oro desagregadas (simples), de manera que al interaccionar con un sustrato de carga opuesta forman un conglomerado de nanopartículas con un color azul característico. "Nosotros hemos hecho el procedimiento al revés", explica el investigador, "pues hemos partido de nanopartículas de oro ya agregadas, lo que se conoce como clústers"

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