Los acusados de dejar en coma a un compatriota en Baeza tras una paliza niegan la agresión

Los dos hombres, identificados como E.M.E. y A.E.A. y de origen marroquí, acusados de dejar en mayo de 2012 en coma a un tercero, de su misma nacionalidad, como consecuencia de una paliza tras un altercado en Baeza (Jaén) han negado haber realizado dicha agresión en el transcurso del juicio que ha acogido este miércoles la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Jaén, y que ha quedado ya visto para sentencia.

Los dos hombres, identificados como E.M.E. y A.E.A. y de origen marroquí, acusados de dejar en mayo de 2012 en coma a un tercero, de su misma nacionalidad, como consecuencia de una paliza tras un altercado en Baeza (Jaén) han negado haber realizado dicha agresión en el transcurso del juicio que ha acogido este miércoles la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Jaén, y que ha quedado ya visto para sentencia.

De esta manera, en sus declaraciones, los dos encartados han coincidido en reconocer su participación en un incidente previo a la supuesta paliza, concretamente el 9 de mayo de 2012 por la mañana en el entorno de la estación de autobuses de Baeza, donde, según éstos, la presunta víctima y otro marroquí se acercaron al vehículo en el que los procesados se encontraban y mientras el primero "le dio un bofetón, le quitó las llaves del coche" e instó a su dueño —E.M.E— a "ir a por ellas si tenía narices", el segundo "le rompió una botella" en la frente, provocándole una herida por la que ambos se trasladaron a un centro de salud.

A la salida del mismo, según han relatado, se trasladaron al cuartel de la Guardia Civil a denunciar lo sucedido y, posteriormente, de nuevo a las inmediaciones de la estación de autobuses, donde se había producido el altercado, lugar al que regresaron, según han defendido, para recuperar el reloj de E.M.E., que se había perdido en el transcurso de la pelea.

Tras encontrarlo, se trasladaron a la 'Casería La Mimosa' de Baeza, una "finca abandonada" en la que desde hacía unos días ambos compartían "una pequeña habitación", después de que a E.M.E. se le hubiera impuesto una orden de alejamiento de su mujer, donde permanecieron sin que "volviesen a ver" a la supuesta víctima de la paliza, identificada como A.J.

De esta manera, A.E.A. y E.M.E. han insistido en negar que pegasen a dicho compatriota, a quien, según han subrayado, "no volvieron a ver" tras el incidente de la mañana del 9 de mayo, al contrario de lo que sostiene el Ministerio Fiscal, que defiende que los procesados, ese mismo día pero ya cerca de la medianoche, "conjuntamente y resueltos a matar" a A.J., "sin que él se diera cuenta, de manera sorpresiva y súbita, armados con objetos contusos y cortantes, le asaltaron por la espalda" cuando aquél "se encontraba rebuscando algo de comida en los contenedores" de un supermercado ubicado cerca de la estación de autobuses baezana.

Frente a ello, E.M.E. ha indicado que en Baeza el camión de la basura realiza su trabajo "entre las 22,30 y las 22,45 horas", por lo que en el momento en el que A.J. supuestamente rebuscaba en los contenedores próximos al referido supermercado —cerca de la medianoche— "no hay basura", al tiempo que ha subrayado que "con anterioridad" al incidente del 9 de mayo "no había tenido ningún problema" ni con la supuesta víctima ni con la persona que, según su versión, acompañaba a ésta en el momento del altercado.

Peticiones de penas

Sin embargo, A.J. se ha ratificado en su declaración ante el tribunal de la Sección Segunda en haber sido víctima de una paliza por la que quedó en coma, según ha informado a Europa Press su abogado, que ejerce la acusación particular, Álvaro Jiménez, quien ha confirmado que el juicio ha quedado ya visto para sentencia.

La misma fuente ha explicado que la Fiscalía ha elevado a definitiva su petición de nueve años de cárcel para cada uno de los procesados por un supuesto delito de asesinato en grado de tentativa, el mismo que les atribuye la acusación particular, que, no obstante, solicita para éstos una pena de trece años de prisión al apreciar en su comportamiento las circunstancias agravantes de ensañamiento y alevosía. Por su parte, la defensa solicita la libre absolución de sus clientes.

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