Familias de 2 personas asesinadas por un preso en Mazarrón reclaman a Generalitat inmdenizaciones de 800.000 euros

Las familias de las dos personas, una de ellas un joven de 16 años, que fueron asesinadas por Jorge Agustín S.R. en 2011 en Mazarrón, han reclamado a la Generalitat de Cataluña su responsabilidad patrimonial e indemnizaciones que superan los 800.000 euros por daños y perjuicios.

Según han explicado a Europa Press los abogados de la causa, Jesús Martínez y Pedro López Graña, el permiso que se concedió a este preso, que se encontraba interno en la cárcel Modelo de Barcelona y a la que no regresó, fue "precipitado" en el sentido de que tenía unas 26 sentencias firmes condenatorias.

A juicio de López Graña, "no se ajustó a la ley y esa actuación de la Administración perjudica a las familias por el anormal funcionamiento de los servicios públicos".

Por su parte, Jesús Martínez, el letrado que representa a la viuda, ha explicado que reanuda así la reclamación interpuesta a la Generalitat hace año y medio, estando a la espera de obtener a lo largo de esta semana los testimonios de la sentencia condenatoria de Jorge Agustín para poder incorporarlos a la reclamación.

Y es que se considera que la Generalitat, al tener transferidas las competencias en materia penitenciaria, "es la responsable de conceder el permiso carcelario" al procesado, que en mayo de 2011 se encontraba en la cárcel de Barcelona cumpliendo una pena privativa de libertad.

Jorge Agustín S.R. fue considerado culpable de un doble delito de asesinato con alevosía al considerar probado el Jurado Popular que mató a dos personas, una de ellas un menor de 16 años. Los hechos ocurrieron el 13 de noviembre de 2011, cuando el procesado se trasladó hasta Mazarrón, donde se hospedaba en el hotel Costa.

Cargado con tres armas, sobre las 22.12 horas salió del hoteles y casi una hora más tarde se cruzó con una de las víctimas cuando paseaba por la avenida de la Constitución.

Sin "razón conocida", sostiene el fiscal, el acusado se acercó a la víctima, que tenía 32 años, y tras una "breve" conversación sacó una de las pistolas y, de forma sorpresiva y sin dar tiempo a la víctima a defenderse, le efectuó tres disparos a poca distancia que le produjeron muerte de forma casi inmediata.

Seguidamente, se marchó del lugar y una dos calles más adelante llegó a la Plaza del Molinete, donde se encontraba sola otra de las víctimas, un joven de 16 años que residía en dicha plaza y que había salido a pasear a su perro.

Cuando el acusado pasó por el lado de la víctima, que se encontraba de pie y parada con las manos metidas en los bolsillos mirando hacia adelante, le efectuó un disparo en la cabeza a corta distancia, produciendo una herida mortal que motivó que falleciera tres días después.