Contra el mito extendido de que cada vez hay más ni-ni, jóvenes que ni estudian ni trabajan, la Generalitat presentó ayer unos datos que indican que el 98,4% de los chicos de entre 15 y 34 años son activos, ya sea estudiando, trabajando, colaborando en casa o bien buscando un empleo. Los que no hacen nada de todo esto representan el 1,6% de la juventud.

La Encuesta a la Joventut de Catalunya 2012 analiza una muestra de 3.002 jóvenes y concluye que, pese a la crisis, los jóvenes siguen activos. Un 61,5% trabajan o bien buscan empleo de forma activa, el 33,5% estudian y el 2,9% se dedican como actividad principal a ayudar en casa, ya sea haciendo tareas domésticas o bien cuidando de familiares.

«Hay que ir más allá de los estereotipos de una juventud pasiva y víctima de un contexto desfavorable», apuntaba ayer la consellera de Benestar Social i Família, Neus Munté, que concedía que «el impacto de la crisis sobre la población joven es más que evidente y no lo tenemos que minimizar».

El 36% dice que no disfrutan de un «estado óptimo o bueno». Entre estos, el 72% indica que sus problemas de salud provienen del trabajo, del paro o de la conciliación.

Del total de jóvenes que todavía viven con sus padres (de entre 20 y 34 años), el 40,8% aportan más de una cuarta parte de los ingresos totales del hogar. El 30,6% aportan entre el 25% y el 50% del dinero a la vivienda familiar y el 10,2% más de la mitad. La Generalitat concluye que «la crisis económica estimula la cooperación intergeneracional».