El grupo papelero Alier ha comunicado a sus trabajadores su intención de cerrar la filial Celsum y sus históricas oficinas de Barcelona, en la esquina de las calles Diputació y Balmes, y negociar un expediente de regulación de empleo temporal (Erte) de carácter rotativo para la totalidad de la plantilla de Rosselló (Lleida).

En la factoría de Alier en Lleida trabajan 140 trabajadores, en la filial Celsum, también en Lleida, 20, y en las oficinas de Barcelona 12 más.

La empresa tiene la voluntad de ofrecer el traslado a Rosselló a los trabajadores de Barcelona y de llegar a acuerdos con los que prefieran no continuar su relación laboral con la compañía.

Su director general, Antonio Pinos, ha explicado entre el lunes y este martes a los cinco turnos de la planta de Rosselló las intenciones de la empresa que cerró el último ejercicio con una facturación cercana a 93 millones y unas pérdidas de 1,9 millones, ha explicado a Europa Press el directivo.

Desde el pasado mes de septiembre, la papelera ha visto reducidas en un 25% las subvenciones que recibía por la planta de cogeneración que alimenta la fábrica, lo que supone una caída de ingresos de 6 millones de euros anuales respecto al año pasado.

Este hecho, en un contexto de crisis económica especialmente difícil en el sector del papel, ha abocado a la empresa a poner en marcha un plan de viabilidad que garantice el futuro de una firma que se remonta al 1833 y que está establecida en Rosselló desde 1886, precisa la compañía en un comunicado.