El Juzgado de lo Penal número dos de Jaén ha condenado a un padre y su hijo por intentar introducir en la cárcel, donde se encuentra el segundo, estupefacientes ocultos en las costuras de un chándal que el primero envió en un paquete de ropa.

En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, se considera probado que el 6 de marzo de este año los funcionarios del Centro Penitenciario de Jaén cachearon en el departamento de comunicaciones un paquete que iba destinado a F.C.H. y que había sido entregado por su progenitor, F.C.D.

En esa labor, pudieron comprobar que en las costuras de un pantalón de chándal, tanto en la cintura como en el bajo, se había escondido 125 pastillas alargadas enteras y 24 partidas de Alprazolam, sustancia estupefaciente recogida en la lista IV del Convenio de Viena, con un peso de 39,20 gramos.

Según añade la sentencia, los dos hombres "conocían perfectamente la existencia" de esas pastillas, que fueron inmediatamente incautadas por los funcionarios de prisiones, y las "pretendían destinar a la venta o trasmisión ilícita a terceras personas". En el mercado ilegal, tendrían un valor aproximado de 1.400 euros.

Por ello, condena a F.C.H. como autor de un delito contra la salud pública con la agravante de reincidencia a un año de cárcel que se sustituye por la pena de un año de trabajos en beneficios de la comunidad. También le impone una multa de 2.000 euros más el interés legal y las costas del juicio.

Por el mismo delito condena también a su padre, en este caso sin circunstancias que modifiquen la responsabilidad criminal, a ocho meses de prisión, multa de 1.500 euros e, igualmente, interés legal y costas. En este caso, ha lugar a la suspensión de la pena de cárcel siempre que no vuelva a delinquir en un periodo de dos años.