Los Goya suben de nivel año a año, no solo se revalorizan como premios en la industria cinematográfica sino que la alfombra (verde) derrocha cada año más glamour.

Las actrices lucen como estrellas hollywoodienses y hacen el paseíllo embutidas en creaciones de las más distinguidas firmas. Además, el ropero de los Goya es proclive a buscar cada vez más las tendencias de moda propuestas por los diseñadores nacionales. Los Goya se han convertido en un preciado y deseado escaparate para la promoción de la moda, sobre todo la moda española.

Penélope Cruz fue la protagonista indiscutible, no solo triunfó con su premio a la Mejor Actriz. La estrella deslumbró a su llegada ataviada con un vestido gris perla con estampados en negro de tirantes ceñido al cuerpo, con vuelo a partir de la rodilla y con cola.

Otras como Elena Anaya o María León fueron atrevidas y aparecieron de corto. La primera con un vestido ceñidísimo de escote generoso en forma de V y adornos de pedrería. La segunda se decantó por una combinación arriesgada al mismo tiempo que acertada de encaje blanco y tul rosa fuerte.

Maribel Verdú, por su parte, eligió un vestido de inspiración greco-romana con un fular de piel al cuello.

La Ministra de Cultura, Carmen Calvo, fiel a su costumbre de elegir un diseñador español por orden alfabético fue vestida de Schlesser.

La presidenta de la Academia, Ángeles González-Sinde, eligió un diseño de Davidelfin.

Otras que arrasaron fueron Goya Toledo, con un vestido azul cian con volantes planos; Kira Miró, que lució un diseño en color tierra y tejido de gasa y Leticia Dolera, con un traje de dos piezas formado por un cuerpo abotonado al pecho y una falda de vuelo negra con bordados de motivos florales.