Talleres y actividades deportivas, principales ocupaciones en la cárcel del condenado por el triple crimen de Alcàsser

Miguel Ricart no se ha sometido a ningún tratamiento relacionado con los delitos por los que fue condenado en Valencia

Miguel Ricart, condenado a 170 años de prisión por el secuestro, violación y asesinato de Míriam, Toñi y Desirée, las tres niñas de Alcàsser (Valencia), ocupa su tiempo en la cárcel de Herrera de La Mancha, en Ciudad Real, participando en talleres y realizando diferentes actividades deportivas, según han informado a Europa Press fuentes conocedoras de su situación en prisión.

Ricart, quien podría salir en breve de prisión tras el dictamen del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), que anula la 'doctrina Parot' —se le aplicó para alargar su condena hasta 2023, mientras que su salida de la cárcel se había previsto para el año 2011—, continúa por ahora en Ciudad Real, donde está integrado con el resto de reos.

Sobre esta resolución europea, la sección segunda de la Audiencia Provincial de Valencia inició de oficio la pasada semana el trámite para decidir sobre la libertad de Ricart. Así, pidió a su abogado que manifestara si había pedido ante el Tribunal Constitucional la suspensión cautelar de la ejecución de la condena; y a la cárcel que informara sobre los trabajos que había efectuado y que hubieran sido tenidos en cuenta a los efectos de aplicarle las redenciones para rebajar el tiempo de condena.

El reo, natural de Catarroja (Valencia), ha pasado por diversos establecimientos penitenciarios desde que fue detenido a principios de 1993: Picassent, la cárcel de Castellón, la de Zuera (Zaragoza) y la de Herrera de La Mancha, en el municipio de Manzanares, en Ciudad Real.

En esta última prisión es donde Ricart ha pasado la mayor parte de su tiempo privado de libertad. En ella no ha recibido apenas visitas, tan solo la de una hermana, según han indicado las mismas fuentes consultadas. Ricart, a quien se le conoce como 'El Rubio', estuvo durante mucho tiempo en primer grado penitenciario, pero no por ser conflictivo, sino por los delitos que se le imputaban y por los que fue condenado, y para protegerle de otros presos. En la actualidad se encuentra en segundo grado.

En Herrera de La Mancha, Ricart se ha apuntado a diferentes talleres y actividades deportivas para ocupar su tiempo, y que podrá aportar para obtener redenciones de condena y, así, salir de la prisión, tal y como contempla el Código Penal de 1973 por el que fue condenado por tres delitos de asesinato y cuatro continuados de violación, en concurso ideal con tres delitos de rapto.

Sin embargo, el reo no se ha sometido a ningún tratamiento relacionado con los delitos por los que fue condenado, han apuntado las mismas fuentes. Al respecto, el tribunal que le condenó no apreció en él ninguna distorsión o anomalía psicológica, y los peritos lo describieron únicamente como una persona tendente a "trasladar la responsabilidad a los demás", con "predisposición a mentir" y con un evidente "ego", según recoge la sentencia del tribunal valenciano.

Con poco carácter

Psicólogos y otros profesionales que han evaluado a Ricart en la cárcel lo describen como una persona con poco carácter y muy manejable, y consideran que si el día del crimen —13 de noviembre de 1992— se hubiera encontrado solo, no hubiera llegado a hacer todo lo que hizo en el paraje de 'La Romana', en la casa de campo abandonada a la que llevaron a las tres niñas de Alcàsser, de 14 y 15 años. Asimismo, estos expertos lo clasifican en el grupo de personas que ha cometido agresiones sexuales de forma ocasional, no planificada.

Ricart fue condenado en 1997 a 170 años de prisión por el rapto, asesinato y violación de las tres niñas de Alcàsser, desparecidas en noviembre de 1992 y cuyos cuerpos fueron localizados en un paraje de La Romana en enero de 1993. 'El Rubio' fue el único condenado por el triple crimen, ya que el otro considerado autor, Antonio Anglés, huyó y figura en paradero desconocido desde entonces.

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