Esta tarde acaba el "improvisado" encierro de los trabajadores de Sniace para "presionar" a los políticos

Las 14 personas tomaron la decisión "sobre la marcha" y dicen que han pasado la noche con un "poco de frío" y "restricciones" de comida
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HOY TORRELAVEGA
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Esta tarde, a las 14 horas, acabará el "improvisado" encierro que iniciaron ayer un total de 14 personas, 8 de ellas trabajadores de Sniace, en el Ayuntamiento de Torrelavega, una vez finalizó el Pleno, que les dejó "insatisfechos" y con una sensación de "impotencia".

Este acto, de carácter "simbólico" y que no estaba programado, sino que se decidió "sobre la marcha", tiene por objetivo denunciar la situación de la fábrica, cerrada tras el despido de toda la plantilla, y, también, la "precariedad" en que se encuentra la comarca del Besaya, con cerca de 6.000 parados.

Los protagonistas del encierro, entre los que también hay cuatro jubilados y dos amas de casa, pretenden con esto "presionar" y "dar un toque de atención" a los políticos, para que se dejen de palabras "grandilocuentes" y "dimes y diretes" y se "tomen en serio" la situación de Sniace y Torrelavega. Pretenden así que "cojan el toro por los cuernos", según ha manifestado a Europa Press Pedro Juárez, un jubilado que ha participado en el encierro, que se va a prolongar durante 24 horas.

En este sentido, ha explicado a esta agencia que tras la sesión plenaria, en la que se aprobaron por unanimidad dos mociones del PSOE en apoyo de los trabajadores de Sniace y otra a favor de la reindustrialización de la comarca, un grupo de personas consideró que lo acordado no era "suficiente". De este modo, como no apreciaron "contundencia" en las palabras de los dirigentes políticos, se "vinieron arriba" y decidieron quedarse dentro del Ayuntamiento, para "presionarles" y pedirles "más ímpetu" en sus actuaciones, y que vayan, por ejemplo, a Santander, Madrid o que se reúnan con empresarios.

Por ello, y teniendo en cuenta la situación actual de la comarca del Besaya y "el futuro que se nos avecina", decidieron encerrarse en el salón de Plenos, desde el que habían seguido, junto a otro medio centenar de personas, la sesión.

Un poco de frío y restricciones

En cuanto al encierro, este transportista jubilado ha indicado que han pasado "un poco de frío" por la noche, y se ha quejado de las "restricciones", ya que no han dejado que se les lleven comida o alimentos. Tan solo, ha apuntado Juárez, podían salir al pasillo, a beber algún vaso de agua de una máquina, y al servicio, pero "pidiendo permiso", como si fueran "críos" y estuvieran en "el cole".

Ha añadido que han pasado las horas charlando, también por la noche, de modo que al amanecer, "vencidos por el cansancio", se han quedado dormidos, en los bancos del fondo del Salón de Plenos, donde han permanecido -sentados o tumbados- durante todo el encierro, que no ha sido "muy duro", salvo por las citadas "restricciones", ha apostillado.

Concienciar al pueblo

Además de denunciar la situación de Sniace y la comarca del Besaya y llamar la atención de los políticos, otro de los objetivos del encierro ha sido "concienciar al pueblo" de la necesidad de "movilizarse". "Si hablas con la gente, te deprimes: todo el mundo está en una situación penosa y no se ve la salida", ha comentado Juárez, para llamar a la sociedad a que se manifieste y a los políticos, a que "se pongan el buzo" y traten de "arreglar los problemas", especialmente el del paro, que es "acuciante".

Finalmente, ha señalado que les han solicitado la documentación a modo, ha dicho, de "insinuación" de que esta protesta pueda tener consecuencias, aunque no les han concretado ni confirmado nada al respecto.

Y mientras estos 14 trabajadores han pasado sus últimas horas del encierro en el interior del Ayuntamiento, en el exterior del edificio se han concentrado en su apoyo cerca de 150 trabajadores de Sniace, ha indicado a esta agencia Antonio Pérez Portilla, secretario del comité de empresa.

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