En esta ocasión, en una finca de la zona del centro de Asturias fue hallada una vaca inmovilizada con sogas y cuerdas de escasa longitud. "Estas crueles prácticas inmovilizadoras obligan a los animales a adoptar forzadas, dolorosas y antinaturales formas de caminar que les imposibilitan incluso alzar la cabeza o huir ante cualquier situación de peligro como un incendio o la presencia de un depredador", han señalado desde el Observatorio.

Consideran que el uso de este o de cualquier otro tipo de artilugio inmovilizador en el ganado, ya sean cuerdas, grilletes, cadenas o trancas, "además de resultar cruel y desconsiderado para con los animales, contraviene la legislación vigente en materia de protección animal, ya que puede traer consecuencias muy negativas e irreversibles para la salud de los animales".

En ese sentido, señalan que esos artilugios pueden llegar a producir un gran sufrimiento psíquico al animal, el cual no sólo ve mermada su capacidad normal de moverse y alzar la cabeza como cualquier mamífero. Pero además pueden llegar a provocar graves padecimientos físicos como deformaciones, llagas, úlceras o cojeras crónicas e infecciones de diversa consideración.

Desde el Observatorio Justicia y Defensa Animal creen que este tipo de prácticas abusivas en el manejo del ganado pueden ser constitutivas tanto de ilícitos administrativos como penales y pueden conllevar multas de hasta 90.151 euros así como sanciones accesorias.