La canciller alemana, Angela Merkel, abrió este lunes su segunda ronda exploratoria en busca de socio para lograr un gobierno estable, con los socialdemócratas como favoritos a recuperar su posición de fuerza cogubernamental pero con muchas incógnitas sobre si se consumará esa alianza.

La Sociedad Parlamentaria Alemania, adyacente al Reichstag (sede de la Cámara baja o Bundestag), fue de nuevo escenario de la reunión entre los catorce delegados de la alianza de la Unión Cristianodemócrata con la Unión Socialcristiana de Baviera (CDU/CSU), más los siete del Partido Socialdemócrata (SPD).

Al igual que en las anteriores rondas de sondeo —diez días atrás, con el SPD y una semana después con los Verdes— la llegada de las delegaciones estuvo envuelta en un gran despliegue de medios, aunque no se prevé que a la salida se presenten resultados concluyentes.

Las primeras reuniones exploratorias se saldaron con elogios recíprocos al clima de cordialidad, pero sin entrar en contenidos.

A esta segunda vuelta la delegación del SPD, liderada por su presidente, Sigmar Gabriel, acudió con la reivindicación de su gran caballo de batalla en la campaña para las elecciones generales del pasado 22 de septiembre: la introducción de un salario mínimo interprofesional.

La secretaria general socialdemócrata, Andrea Nahles, insistió este fin de semana, en sucesivas declaraciones a los medios, en la necesidad de implantar ese salario mínimo como baza frente a la creciente precariedad del mercado laboral alemán.

Los socialdemócratas quieren establecer ese mínimo en los 8,5 euros por hora, apuntalados en el argumento de que ocho millones de trabajadores perciben sueldos bajos o muy bajos y que ahora mismo hay sectores donde se paga cinco euros la hora.

Aunque Merkel se opuso en campaña a este asunto, la reivindicación se considera asumible en las filas de CDU/CSU —donde la defienden dirigentes como la ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen—, aunque el asunto quedó aparcado en esta pasada legislatura por el rechazo de los liberales, socios de coalición ahora convertidos en extraparlamentarios.

En los medios alemanes se baraja que el SPD, a cambio de regresar al formato de gran coalición del primer mandato de Merkel, quiere seis ministerios, incluyendo probablemente Finanzas, que ahora ocupa el hombre fuerte de Merkel, Wolfgang Schäuble.

A la reunión de este lunes seguirá este martes la segunda ronda con los Verdes y, presumiblemente, una decisión por parte de la CDU/CSU a mediados de semana acerca de con quién entablará negociaciones formales de coalición.

De decantarse por el SPD, ese principio de acuerdo sería abordado por una convención de 200 delegados socialdemócratas el próximo domingo. Si Merkel da la sorpresa y opta por los Verdes, éste sería el tema dominante del congreso que celebrará la formación ecopacifista de viernes a domingo.

No se descarta, sin embargo, que el resultado de la segunda vuelta exploratoria sea convocar una nueva tanda de sondeos. Ni, tampoco, que en caso de entablarse negociaciones formales —y de recibir el SPD o los Verdes el visto bueno de sus asambleas— el eventual pacto de coalición acabe siendo rechazado por la militancia del partido elegido, a la que las respectivas cúpulas se plantean someter la decisión final.