El Ayuntamiento de Madrid ha decidido poner en práctica las tarifas fijas que permite establecer la nueva —y polémica— ordenanza reguladora del taxi. A partir del próximo 20 de diciembre, cualquier usuario que desee moverse entre la almendra central y el aeropuerto tendrá que abonar una cantidad fija de 30 euros. Si la conexión es entre cualquiera de las terminales y los barrios situados fuera del anillo de la M-30, el coste mínimo fijo será de 20 euros más los 5,50 euros del suplemento del aeropuerto.

En la práctica, esto supone desvincular la distancia recorrida o el tiempo de viaje de las cantidades que marquen los taxímetros. Eso, para los residentes o usuarios con destino en la capital. Los vecinos del resto de municipios seguirán abonando el coste establecido por kilómetro.

La medida favorece a los pasajeros cuyo punto de partida o de llegada esté en distritos alejados de Barajas, como es el caso de Latina, Moncloa-Aravaca o Villaverde. El viaje a barrios como Cuatro Vientos, Puerta de Hierro o San Cristóbal podía alcanzar hasta ahora los 35 euros dependiendo del estado del tráfico.

En cambio, perjudica especialmente a los que vivan o trabajen en Chamartín, Ciudad Lineal o San Blas. "¿Cómo voy a pagar 30 euros si salgo desde la Avenida de América, junto a mi casa, o 25,50 si lo hago desde el tanatorio de la M-30, donde trabajo? La última vez que fui a Barajas pagué 21 euros", se alarma José, usuario ocasional del taxi. María, vecina de la Avenida de Arcentales, asegura que no requerirá los servicios de un conductor profesional en esas condiciones: "Ya me buscaré la vida. Me parece un robo".

El Ayuntamiento no ha consensuado los cambios con los taxistas. Al contrario de lo que asegura el Consistorio, las modificaciones no obedecen a las peticiones de las dos asociaciones profesionales mayoritarias.

"Estas son las tarifas del señor Diego Sanjuanbenito, delegado de Movilidad, no las de los taxistas", aseguró a 20minutos Julio Moreno, presidente de la Gremial. "Me he enterado de los nuevos precios por la nota de prensa que ha mandado el Ayuntamiento. Por primera vez, se hace sin consenso y de manera imprudente, entiendo que por la inexperiencia del concejal. Si hace falta, saldremos a la calle a protestar", añadió.

Mariano Sánchez, responsable de la Federación Profesional, calificó la revisión tarifaria como "disparatada" e "inasumible". "Va en contra de la lógica. Esto es crear las condiciones para que los usuarios se vayan a otros medios de transporte. No se puede entrar en el taxi y, por decir buenos días, cobrar 30 euros. No pueden aprobar unas tarifas no demandadas por el sector", criticó Sánchez, que amenazó con recurrir a los tribunales si el Ayuntamiento no rectifica.

Los conductores tampoco lo ven claro. Ángel (47 años), habituado a recoger pasajeros en el aeropuerto, cree que los usuarios van pensárselo mucho a partir de ahora: "¿Qué pasará si cuatro desconocidos se ponen de acuerdo para que les lleve a distintos puntos del centro? ¿Les cobro 30 euros por todo el viaje o 30 a cada uno?". "Un viaje a Aravaca, que pertenece a Madrid pero está fuera de la M-30, desde la T-4 viene costando entre 32 y 35 euros. Si ahora sale por 25,50, estaré perdiendo mucho dinero", protesta Alberto (55 años).

Los importes fijos no son el único cambio del nuevo listado de precios. Los cuatro tramos de bajada de bandera se funden en dos (diurno de lunes a viernes y nocturno y de fines de semana) y el precio sube a 2,40 y 2,45 euros. El tramo nocturno de sábados domingos y festivos, que se había encarecido hasta alcanzar los 3,10 euros, desaparece y se queda en 2,45 euros.

El precio por kilómetro y los suplementos de Nochebuena, Nochevieja, estaciones de tren o autobús, aeropuerto y los recintos feriales no varían. Sí lo hace la hora en servicio, que se encarece 50 céntimos.

En conjunto, las tarifas subirán un 1,25% en 2014. Desde 2010, los precios del taxi han crecido un 7,7% en Madrid. El número de viajeros, en cambio, no ha dejado de caer. Actualmente cada coche realiza una media de 20 servicios cada día, lo que representa en torno a un 10% menos que el año pasado.