El acuerdo agrícola entre la Unión Europea (UE) y Marruecos, que afecta a la producción hortofrutícola andaluza y, especialmente, a Almería, ha cumplido un año tras su entrada en vigor a partir del 1 de octubre de 2012 al conseguir la ratificación del Parlamento Europeo en febrero de ese mismo año y según el responsable de Frutas y Hortalizas de COAG en Andalucía, Andrés Góngora, ha estado marcado por el descenso en la producción tanto en Andalucía como en Marruecos.

En declaraciones a Europa Press, Góngora ha señalado que a poco de entrar en vigor este acuerdo, por el mes de noviembre, la entrada incontrolada de tomate marroquí hundió un 37 por ciento los precios en España, al pasar de 0,71 euros a 0,45 euros por kilogramo.

No obstante, el descenso en la producción marroquí de tomate ha hecho que la entrada de este producto, emblema del acuerdo, se ha mantenido en el límite de 35.000 toneladas, mientras que el precio ha estado algo más por encima.

Asimismo, Góngora ha advertido de cambios en los tiempos de producción andaluces, ya que los agricultores buscan "huecos" en el calendario e intentar adelantar o atrasar su producción para no coincidir en los meses de invierno con la producción que llega de Marruecos a Europa.

Ante el hundimiento de precios en el pasado mes de noviembre, la organización agraria COAG envió una carta al Ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, en la que le solicitaba que las autoridades españolas y comunitarias extremaran la vigilancia en frontera para que cantidades y precios de entrada del tomate marroquí se ajusten a lo suscrito en el Acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y Marruecos.

Liberalización casi total

Este acuerdo ofrece una liberalización casi total para la mayoría de mercancías agrícolas y pesqueras, pero prevé volúmenes más reducidos o contingentes arancelarios para una lista de producciones consideradas "sensibles" para la Unión Europea: el tomate, el pepino, la fresa, la mandarina, el ajo, el calabacín y el azúcar.

El sector agrícola en España, en especial los productores de tomate en Andalucía, Canarias y Murcia, criticaron en su día el nuevo acuerdo porque lo consideraban desequilibrado y se quejaban de que la parte marroquí incumple los volúmenes y precios pactados bajo el convenio actual.

Los eurodiputados españoles de los distintos grupos con presencia en la Eurocámara votaron en bloque en contra de la ratificación. Unos, los 'populares' y socialistas, porque consideraban que perjudicaba a los productores españoles y el resto, como Raül Romeva (ICV) y Willy Meyer (IU), porque reclamaban que los recursos del Sáhara occidental fueran excluidos.