La Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía ha organizado en el Cerro de los Ánsares, la mayor duna móvil del Espacio Natural de Doñana (Huelva), una recogida de perdigones de plomo para evitar que puedan ser ingeridos por los miles de gansos que cada inverno llegan a este enclave natural, procedentes del norte de Europa.

Así, en la iniciativa, que se celebrará el próximo 6 de octubre con motivo del Día Mundial de las Aves, colaborarán voluntarios de WWF/Adena, SEO/BirdLife, Cruz Roja y de la Red de Voluntariado Ambiental de Doñana, según ha precisado la Junta en una nota.

La Consejería ha explicado que el plomo depositado en dicha duna móvil supone un "grave" problema de conservación de esta ave acuática, ya que muchas lo ingieren confundiéndolo con piedras necesarias para favorecer su alimentación, provocándoles así la muerte por plumbismo.

Además, el plomo se bioacumula, permaneciendo en el cuerpo del ave tras su muerte y pasando a formar parte de la cadena trófica, de forma que puede llegar a afectar a aves carroñeras y a grandes predadores, como el águila imperial.

El Parque Nacional de Doñana ha sido durante siglos un gran coto de caza, considerándose a los gansos que llegan cada invierno a este espacio natural desde sus áreas de cría en el norte de Europa una de las piezas cinegéticas más codiciadas.

De esta manera, en cada amanecer, los gansos que se alimentan en la marisma vuelan hasta la gran duna móvil a la que han dado su nombre, el Cerro de los Ánsares, donde ingieren arena y pequeñas piedras que depositan en la molleja para favorecer la digestión de las plantas de las que se alimentan. Los cazadores, que conocen la costumbre, se enterraban por la noche en la arena y esperaban la llegada de los gansos para cazarlos con sus escopetas.

Así, la modalidad de caza de aves acuáticas en un ambiente desértico se ha realizado durante cientos de años, provocando que miles de kilos de perdigones de plomo hayan quedado depositados en la arena de dicho cerro.