La recreación del 'Último Desembarco de Carlos V', que se escenificará este viernes en Laredo, ha impulsado la recuperación de la histórica ruta carreteril entre Burgos y los Puertos de Castilla.

Desde el pasado fin de semana, dos carretas de bueyes cargadas con sacas de lana, y treinta personas a modo de mayorales, aperadores, pasteros y gañanes, recorren la distancia entre el Almiñé, en la burgalesa Merindad de Valdivieso, y la villa pejina.

Todos forman parte de la Real Cabaña de Carreteros, entidad cultural inspirada en la institución del mismo nombre que fundaran los Reyes Católicos en 1497. Con su presencia respaldan la futura declaración de las Rutas de Carlos V como Itinerario Cultural Europeo, informa el Ayuntamiento en nota de prensa.

Su aventura permitirá rescatar del olvido unos usos y costumbres que determinaron la importancia histórica de Laredo como uno de los emblemáticos puertos de Castilla. Pero no sólo como lugar de arribada y embarque de ilustres miembros de la Corona, ya que en sus muelles también se despachaba la lana procedente de los lavaderos castellanos con destino al resto del continente.

Igualmente, se recibía la madera utilizada para la construcción de embarcaciones, a la que acompañaban como carga el betún de Quintanar de la Sierra, utilizado en los astilleros para embadurnar los barcos.

El viaje de vuelta se aprovechaba por los arrieros para llevar a la Meseta hierro y sal.

RUTA

La etapa inicial, Ermita de Las Nieves-Almiñé, de 6 kilómetros, abrió el viernes un itinerario en el que los carros discurrieron por calzadas medievales hasta llegar a la 'Casa de las Lanas'.

El sábado 14 llegaron a Villasante (17 km) y el domingo recalaron en el Valle de Mena (19 kilómetros). Ayer lunes les recibieron en Balmaseda (20 kilómetros) y este martes transitarán hasta el Valle de Trucíos (16,7 kilómetros).

La etapa del miércoles les conducirá hasta Ramales de la Victoria (19 kilómetros), la del jueves hasta Limpias (8,5 kilómetros) y la del viernes a Laredo (8,5 kilómetros), su destino final.

El paso de este singular séquito por las poblaciones de la histórica ruta de la lana está dando pie a distintas anécdotas, tal y como refiere el presidente de la Real Cabaña de Carreteros, Antonio Martín Chicote.

Así, en la salida contaron con el arrope de un rebaño de más de quinientas ovejas con el que les quiso homenajear un pastor burgalés enterado de su partida. También han recibido algunos bocinazos de conductores impacientes al encontrarse con este "inesperado séquito" en su recorrido.

"La sorpresa de los más pequeños y la nostalgia con los que los más viejos del lugar asisten al paso de la expedición completan un paisaje de contrastes en un auténtico viaje en el tiempo hacia costumbres casi olvidadas", añade al respecto.

Llegada a laredo

A su llegada a Laredo instalarán su campamento en la Alameda Miramar. Y se brindarán para explicar las vicisitudes de un estilo de vida que obligaba a los carreteros a vivir durante meses lejos de sus hogares y familias.

Quienes lo deseen podrán degustar su menú más clásico, 'el ajo carretero', un "reconfortante" guiso elaborado a partir de carne de cordero que se pone en un caldero lleno de agua y se asa al fuego de leña.

Jornadas culturales

'El Último Desembarco de Carlos V' se completa un denso programa de actividades que arrancó el lunes con la interpretación de 'Misterio Bufo' a cargo de Rafael San Martín.

Este martes, a las 20 horas, en la Casa de Cultura tomará el relevo la compañía 'Gratie d'Amore', con un espectáculo de danza, teatro, música y canto.

El miércoles será el turno de la compañía Camaleón Teatro que pondrá en escena la divertida obra 'Los Cómicos de la Legua'.

Todos estos espectáculos son gratuitos hasta completar aforo, y sirven de preámbulo a los grandes fastos que anunciará el jueves el pregonero oficial en la plaza de la Constitución, acompañado por las 'Danzas del Emperador' a cargo de las alumnas de la Escuela Municipal de Ballet.

El viernes arribará el Sire al Palenque ubicado en la playa Salvé, en el inicio de un fin de semana en el que Laredo se convertirá en "una villa Renacentista" para acoger a "uno de los más ilustres huéspedes acogidos a lo largo de su historia".