La Oficina del Defensor del Sevillano pide a la delegación de Medio Ambiente que en el plazo «más breve posible» haga al menos tres inspecciones en los pisos más afectados y que si se detecta incumplimiento, se sancione según establece la ordenanza.
Según el expediente, la Policía Local hizo en mayo de 2005 una medición que sobrepasaba en 9,3 decibelios (dB) los límites. Seis meses después, Medio Ambiente dice que no es válida. Es entonces cuando los vecinos, tras el desembolso de 800 euros, contratan a un técnico acreditado por la Junta. El resultado: supera los límites en 4,8 dB.
Ni una medición
Los inspectores del Ayuntamiento, según la documentación, han visitado el bar en cuatro ocasiones desde 2004. En dos comprueban que el limitador de sonido funciona, pero en ningún momento se hacen mediciones para comprobar realmente el ruido que sufre el vecindario.
El caso ya está en los juzgados
El caso está en manos de los jueces. Los vecinos, cansados de que no se ponga fin al problema, han denunciado al Ayuntamiento y al negocio. El local ya fue clausurado en 2003 por un juez. Tras algunas reformas, volvió a abrir con otro nombre. Pero el ruido persistía. Y es que el patio del local, por el que se escucha la música, está cubierto sólo por una chapa. El Defensor pide al Ayuntamiento que compruebe la legalidad de usar un patio cubierto para bar con música.
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