La presión en el estrecho de Gibraltar está extendiendo la inmigración clandestina hasta las Canarias, donde estrenaron el año con la llegada de un cayuco con 120 espaldas mojadas, y aquí, en Valencia, el goteo de ilegales, que pocas veces trasciende, continúa, y avanza sin prisa, pero sin pausa.

Reyes de Oriente y del mar

El mismo día en que los Reyes de Oriente llegaban por mar a Valencia, otros tres hombres, esta vez inmigrantes sin papeles, intentaron sin éxito entrar en la ciudad por el puerto, como ya informó 20 minutos.

Otras 17 personas probaron suerte ayer. Viajaban ocultas en un buque que acaba de hacer escala en Barcelona. Antes de atracar en el muelle de Levante de Valencia, o el capitán o el consignatario de la nave (la empresa encargada de los asuntos administrativos relacionados con su carga) informaron a la Policía y a la Guardia Civil de que llevaban pasajeros con los que no contaban.

Inmediatamente, patrullas de ambos cuerpos acudieron a la terminal del puerto y se apostaron en la escalerilla del barco para evitar que los pasajeros clandestinos tomaran tierra.

Confinaron a los 17 polizones en el interior de la nave y allí se quedarán hasta que el buque zarpe rumbo a Casablanca (Marruecos).

Condenados a darles asistencia

La delegación valenciana de Amnistía Internacional denunció, en 2006, la «desprotección» sanitaria y humanitaria que sufren los polizones que llegan a las costas valencianas y un juzgado de Valencia condenó, hace dos años, a la Delegación de Gobierno a asistirlos.