El problema radica en que los agentes inmobiliarios cobran su comisión en el acto, es decir, en el momento de firmar el contrato de alquiler a los jóvenes, y éstos no perciben ni un euro de la subvención hasta pasados tres meses. Eso es lo que establece la ley.

Contando con que no haya demoras, los jóvenes tienen que apechugar los gastos iniciales (véase el ejemplo que se expone arriba) y tener cierto dinero ahorrado para poder solicitar tales ayudas.

Actualmente, la Junta sufraga hasta el 40% de la renta pagada en concepto de alquiler y hasta un máximo de 2.800 euros anuales. Para recibir la subvención, los beneficiarios han de ser jóvenes menores de 35 años y acreditar una renta inferior a 16.767 euros. Las personas a las que se les concedan estas ayudas tendrán que esperar cinco años para volver a solicitarlas, según el reglamento.

También se contemplan ayudas de 6.000 euros a los propietarios para que arreglen sus pisos para alquilarlos.

Unos 1.500 euros de golpe

Para alquilar, un joven tiene que pagar de golpe la fianza, el primer mes y, además, el 7% de comisión de la agencia. Un ejemplo: si un milerurista alquila un piso de 550 euros al mes, deberá pagar 550 de fianza, 550 del mes y los 400 de la comisión: total 1.500 euros. Podrá obtener una ayuda del 40% (2.600 euros anuales) durante dos años, pero tendrá que esperar tres meses para el primer pago, ya que son trimestrales. Con suerte, puede restar 200 euros a la comisión si los aporta el propietario: mínimo a pagar, 1.300 euros. Sólo queda endeudarse.