MÉS reclama que se controlen los decibelios y la duración de las fiestas que se celebran en sa Feixina

La coalición MÉS ha reclamado al Ayuntamiento de Palma que controle que las fiestas que se celebran en sa Feixina, especialmente durante el verano "sin limitación de decibelios ni de duración máxima de la emisión de la música", no superen los 75 decibelios para garantizar el "descanso y tranquilidad" de los vecinos.

La coalición MÉS ha reclamado al Ayuntamiento de Palma que controle que las fiestas que se celebran en sa Feixina, especialmente durante el verano "sin limitación de decibelios ni de duración máxima de la emisión de la música", no superen los 75 decibelios para garantizar el "descanso y tranquilidad" de los vecinos.

Según un comunicado, la coalición ha manifestado que el Consistorio no está llevando a cabo las medidas adecuadas para ejercer este control, mientras que la regidora Marisol Fernández ha alertado de que la zona ya soporta elevados niveles de contaminación acústica según el Mapa de Ruidos municipal.

Por eso, ante el anuncio de una nueva fiesta en la zona de seis horas y media de duración, Fernández ha pedido que el sábado se realicen controles de los decibelios que se emitan para valorar si se superan los 75, que están en el umbral de 'muy ruidoso' para la percepción humana.

A modo de comparación, la regidora ha expuesto que las carreteras más transitadas tienen un nivel de presión sonora de 75 a 80 decibelios, mientras que las alarmas, según la nueva ordenanza, tienen un límite de 85.

Así, Fernández ha afirmado que en las alegaciones que está preparando a la nueva ordenanza, habrá un apunte en este sentido porque los límites máximos permitidos por el texto inicial sólo dicen que "tienen que ser adecuados".

Además, la regidora ha exigido a Cort que cumpla sus compromisos y elabore la zonificación según el Mapa de Bullicios aún pendiente, así como que lleve a cabo el Plan de Acciones Correctoras para reducir los niveles sonoros en las zonas que superen los máximos establecidos.

Por último, la coalición MÉS ha recordado que la zona de sa Feixina ya ha sido identificada como contaminada acústicamente porque supera los límites de forma casi permanente, según el Mapa de Bullicios, y ha expresado que es "imprescindible" controlar los niveles de contaminación acústica porque tienen consecuencias negativas para la salud tanto física como psíquica, tal y como reconoce la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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