Tras conseguir el alimento y el agua precisos, los animales regresaban al recinto, según fuentes de la Guardia Civil.
Sin embargo, el pasado día 5 los perros mataron un burro para alimentarse, hecho que fue denunciado por el propietario del pollino, quien relató a los agentes del Seprona que era habitual ver a los canes sueltos por los alrededores en busca de alimento.
El dueño de los perros no acreditó la preceptiva licencia para la tenencia de animales potencialmente peligrosos, ni la cartilla sanitaria de uno de los canes.
Además, sólo había inscrito a uno de los perros en el registro municipal de este tipo de animales, como es obligatorio.
Los tres perros inmovilizados están depositados en la perrera municipal de Las Torres de Cotillas, al tiempo que los hechos fueron puestos en conocimiento de la Autoridad judicial.
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