Armonía acusa al FIS de "estafa institucional" tras pretender cancelar conciertos firmados por la anterior dirección

Solín Melinte, director del grupo de empresas 'Armonía' y representante en España de la Filarmónica della Scala de Milán, ha acusado al Festival Internacional de Santander (FIS) de "estafa institucional" tras pretender cancelar "casi la totalidad" de los conciertos que esta compañía había firmado con la anterior dirección.
Palacio de Festivales
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EUROPA PRESS
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Solín Melinte, director del grupo de empresas 'Armonía' y representante en España de la Filarmónica della Scala de Milán, ha acusado al Festival Internacional de Santander (FIS) de "estafa institucional" tras pretender cancelar "casi la totalidad" de los conciertos que esta compañía había firmado con la anterior dirección.

En un comunicado enviado en la noche del lunes, Melinte también califica de "mentira cínica" que su empresa amenazara con la cancelación del concierto de La Scala, y de "esperpéntica gestión" la realizada por la actual dirección del FIS respecto al pago de 50.000 euros por las representaciones de la ópera 'Wallonie', realizado "con dinero del contribuyente" cuando se había llegado a un acuerdo de abonarlo en 2014; una actuación "irregular" que a su juicio debería ser motivo de "despido fulminante en cualquier institución seria".

En una extensa nota, Melinte rechaza las declaraciones del FIS de que él ha cobrado "las cantidades acordadas" por importe de 278.000 euros en pagarés. Afirma que el Festival se "olvida" de precisar que, de este importe, que representaba un tercio aproximado del valor de las seis actuaciones contratadas por la anterior dirección, 120.000 euros no tenían saldo en el momento del vencimiento y siguen impagados desde hace más de medio año.

Explica que el banco les pidió la devolución del dinero "impagado" por el FIS más los intereses del 29% anual, y los bancos "cortaron" al grupo sus líneas "normales" de financiación. Un "bloqueo" al que, según Melinte, también contribuyeron los 200.000 euros debidos por el FIS desde la edición anterior y no abonados hasta finales de junio de 2013 a los bancos acreedores que habían adelantado a Armonía el 75% del valor de las facturas, con "intereses altísimos" que, en el conjunto de ambos impagos, superan los 100.000 euros.

Solamente por estos dos conceptos el "agujero" financiero provocado a la empresa se eleva al menos a los 220.000 euros, importe cercano a la casi totalidad de los pagarés recibidos. Por eso, Melinte se pregunta "con qué tipo de deshonestidad intelectual se atrevió (Jaime) Martín a decir que habíamos cobrado todo".

Además, califica de "rigurosamente falsa" la afirmación de los gestores del festival de que desconocían que la empresa habría descontado esos pagarés puesto que este hecho fue "objeto de controversia" entre él y la directora adjunta del FIS, Valentina Granados, desde enero de este año y, según dice, está documentado en mails "muy duros" del mes de febrero, momento en que se produce el impago.

Melinte afirma que le pidió el reemplazo por otros con vencimiento posterior, a lo que Granados se negó afirmando que los pagarés se atenderían puntualmente, aunque poco antes del vencimiento "confesó" la falta de liquidez y ofreció sustituirlos por otros, a lo que se negó el banco porque el gestor aparecía en el registro de impagados "por causa de Granados" y porque "el abogado del FIS escribió una carta al banco en la cual expresaba sus dudas sobre la voluntad de Melinte de realizar los conciertos, con lo cual dio al banco el mejor argumento para denegar la prórroga de los pagarés".

CANCELACIÓN

Por otra parte, explica que los 278.000 euros "cobrados" por Armonía son para seis actuaciones distintas, una de ellas la de La Scala. Afirma que el director del FIS, Jaime Martín, le pidió en diciembre cancelar la casi totalidad de los conciertos cuyos contratos había firmado su empresa con la anterior dirección, con excepción de la Royal Philharmonic, "de la cual él mismo había sido empleado en años anteriores", orquesta a la que Martín había intentado contratar a través de su agencia de Londres meses antes de ser nombrado director del FIS pero después del contrato de Armonía.

Asegura que Martín le "amenazó con no pagar nada si no accedía a un trato" y de esta forma le "obligó a negociar", llegando al acuerdo de intentar vender las actuaciones a otros festivales y dejar en Santander solo la mitad: quedarían en vigor los dos conciertos de apertura y clausura y una actuación de la compañía Eifman.

Pidió al FIS que enviara cartas dirigidas a los artistas para explicar "que eran ellos los que pedían la cancelación" y no la agencia, pero no llegaron. Melinte firmó unos documentos para certificar ante el Patronato la renuncia a las actuaciones que no querían aunque no tenía el acuerdo de los artistas, pendiente de las cartas.

Según dice, a mediados de febrero, el abogado del FIS utilizó sus escritos en sentido "completamente contrario a su origen", adjuntándolos como prueba de su falta de voluntad de realizar los conciertos en una carta dirigida al banco, lo que considera como "una verdadera estafa institucional".

En respuesta, envió un mail "muy duro" al Festival, expresando su deseo de realizar la totalidad de los conciertos contratados, convirtiendo las actuaciones en litigiosas. La empresa pidió que se cumplieran los contratos firmados y los artistas implicados no aceptaron cancelar nada, "enfadados por el trato displicente de este festival".

"La consecuencia práctica de este hecho refuerza por lo tanto el hecho jurídico de sentido común de que los pagarés adelantados para estas actuaciones son parte de un pago futuro, que el FIS deberá abonar más o menos tarde, en función de la tardanza de los tribunales para forzarle en este sentido, con lo cual el intento estrafalario de los gestores de combinar estos pagos con los de la Scala carecen de cualquier fundamento", indica.

Respecto a que la empresa amenazó con la cancelación del concierto, "carece de cualquier fundamente y es una mentira cínica" para Melinte.

En cuanto a que el compromiso de los pagos "nunca fue ofrecido ni por el FIS ni sus abogados, siendo radicalmente falsa la existencia de acuerdo alguno", el abogado y representante de Armonía, Antonio Sarabia, suscribe que ese acuerdo ha existido tanto en forma verbal como escrita "sin sombra de duda".

Royal philarmonic y wallonie

Por lo que se refiere al abono del FIS de 50.000 euros directamente a la Royal Philarmonic Orchestra al no haberlo atendido Melinte y ante la amenaza de cancelación de concierto inaugural, éste replica que ese procedimiento de pago directo fue el primero que se realizó según el acuerdo entre abogados del 24 de julio, con el propósito de hacer posibles los conciertos de la Royal y de la Scala, al carecer su empresa de liquidez y al pedir la orquesta su pago por adelantado.

El coste de ese concierto fue de 140.000 euros, de los cuales el contrato de Armonía con el FIS era por un importe de 110.000, y el resto era una subvención de esta empresa para el Festival. Con el pagaré de 60.000 euros la sociedad pagó el charter, y el FIS abonó directamente a la orquesta esos 50.000 euros, habiendo pagado con anterioridad Armonía a la misma orquesta otros 30.000 euros.

Y en cuanto a que el FIS pagó 50.000 euros por las representaciones de la ópera Wallonie de la edición 2010 porque no habían sido abonadas por Armonía, explica que su empresa había llegado a un acuerdo con el director del teatro para el pago en enero de 2014.

"Por un error interno del teatro, los abogados del mismo lo reclamaron al FIS y Granados, en otra prueba de la esperpéntica gestión realizada hasta ahora, lo pagó con dinero del contribuyente no solo sin reclamarnos la deuda sino sin siquiera preguntarnos por la misma. Nos anunció después de pagarla y solo esta actuación irregular debería ser motivo de despido fulminante en cualquier institución seria", concluye.

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