El doctor José Antonio Flórez Lozano, catedrático de Ciencias de la Conducta del Departamento de Medicina de la Universidad de Oviedo, ha asegurado que la felicidad va unida a la salud, y la infelicidad a la patología,

"Muchas veces se olvida la premisa principal, que es el valor de la vida. Tienen mucho que ver las decisiones pequeñas de cada día", ha añadido este experto, que imparte el taller terapéutico 'Aprende a vivir: refuerza tu felicidad, salud y longevidad'.

Según Flórez, "la persona feliz bloquea y neutraliza los problemas", y, en la medida en que se valora la vida, el resto se relativiza. En su opinión, "ayudar es la acción que más tiene que ver con la felicidad: compartir el dolor es reducir el dolor, y compartir la felicidad es aumentarla", ha añadido.

El catedrático ha insistido en la importancia del "uso de palabras dulces y amables", porque la felicidad "se contagia", al igual que el contacto "piel con piel" reduce los niveles ansiedad y palía la soledad.

Por el contrario, ha asegurado que "el placer en sí mismo no proporciona felicidad". "Cuando se vive en la abundancia, si los deseos no son satisfechos, son causa de frustración e infelicidad", ha agregado. Y ha explicado cómo la actitud, el pensamiento y el estilo de vida viajan hasta las células y afectan el sistema inmunológico a la hora de contraer virus como el del resfriado y del herpes.

Por otro lado, ha mostrado su preocupación por las patologías que se están desarrollando entre los niños y jóvenes a causa del mal uso de las nuevas tecnologías, sobre lo cual ha explicado que, al no haber interacción personal, "provoca soledad y es la antesala de la depresión".

También ha dicho que el ajetreo urbano es un factor desencadenante del estrés social: "Vivir en la ciudad altera la salud mental. La ansiedad es el tóxico de la felicidad. Se genera disfunción en el sistema nervioso central y una insatisfacción crónica por no saber disfrutar de nada. Es esencial descansar".

La soledad es la patología social más relevante en Europa, tanto en mayores como en menores, y el apoyo social es determinante, según el doctor Flórez, para quien desenraizar es perjudicial para la felicidad, y es el efecto que a menudo producen las residencias de ancianos y las guarderías infantiles.