El secretario general del PRC, Miguel Ángel Revilla, cree que, además de exigir a Sniace que cumpla con sus obligaciones, el Gobierno regional debe "mojarse" con esta empresa, que "no se puede cerrar", pues supondría "dar la puntilla" a la comarca del Besaya, que ya de por sí está en una situación "caótica".

En este sentido, ha defendido que tiene que haber un "compromiso social" con esta industria, que deben abordar los presidentes de la región y el país, Ignacio Diego y Mariano Rajoy, respectivamente, y el ministro del ramo, José Manuel Soria, para plantear alternativas y soluciones a la fábrica de Torrelavega, en preconcurso de acreedores y con un expediente para despedir a sus 533 trabajadores sobre la mesa.

Revilla ha reflexionado que si un caso de esta "emergencia" hubiera ocurrido con una empresa de este "valor" pero en Galicia en vez de en Cantabria, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, y Rajoy habrían buscado una solución —porque, a su juicio, "puede haberla"— y según la cual la empresa "no se cierra". "No digo más", ha apostillado.

Y si él fuera el presidente, ha asegurado que estaría llamando "todos los días" a Madrid porque Sniace, que "ha sido" y "es" fundamental para Torrelavega y el Besaya toda vez que "es algo más" que una empresa, "no se puede cerrar".

"Aquí hay que mojarse" y reivindicar en los mismos "niveles" que se hace, por ejemplo, con el Hospital Valdecilla, ha comparado Revilla, para quien "no se puede tolerar" lo que está ocurriendo con Sniace.

Golden line

Pero, al margen de esta fábrica, y a preguntas sobre la industria de Torrelavega en particular y la comarca del Besaya en general, el regionalista ha opinado que la situación es "angustiosa", si se tiene en cuenta que es una zona "castigada" por el paro y en la que los comercios tiene, "en una calle tras otra", letreros de 'se vende' o 'alquila'.

Así, además de Sniace, hay otra empresa "al borde del cierre", Golden Line, a cuyos trabajadores —unos 150, en su mayoría jóvenes— les han ofrecido trasladarse a Valladolid. Esto, a ojos de Revilla, supone "un despido", pues los empleados de esta empresa -que ha adquirido Konecta- perciben un sueldo bruto mensual de 800 euros.

Por ello, desde el PRC han pedido a la compañía que reconsidere esta situación. "Algo habrá que hacer", ha expresado, para apuntar, por ejemplo, a la posibilidad de que desde Industria se planteen incentivos.

Parálisis total

Pero, para finalizar, ha expresado que el Gobierno regional está "en parálisis total", y "solo" piensa en hacer campos de golf y teleférico, en un momento en el que la región "ya ha tocado" los 60.000 parados, según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), correspondientes al segundo trimestre del año.