'Pornografía', de Manuel Arranz, un tratado de amor en 46 páginas

  • Publicada por Periférica el libro es un trueno sordo para este verano, una cucharada intensa sobre el alma humana.
  • El autor narra la experiencia de un hombre de 60 años que se enamora y describe esta emoción con la sabiduría de los años.
"El mundo de los felices es distinto del mundo de los infelices", esta frase del filósofo Wittgenstein es la cita que abre el libro.
"El mundo de los felices es distinto del mundo de los infelices", esta frase del filósofo Wittgenstein es la cita que abre el libro.
PERIFÉRICA
"El mundo de los felices es distinto del mundo de los infelices", esta frase del filósofo Wittgenstein es la cita que abre el libro.

"El mundo de los felices es distinto del mundo de los infelices", esta frase del filósofo Wittgenstein, que podría haber sido dicha por cualquiera, es la cita con la que se abre Pornografía, la primera novela del traductor y crítico Manuel Arranz, un intenso y poético tratado de amor, en 46 páginas.

Publicada por "Periférica", esta novela que se lee de un golpe, es un trueno sordo para este verano, una cucharada intensa sobre el alma humana, presentada al lector de forma suave y poética pero con el objetivo de que el eco de su lectura quede por tiempo alojado en la memoria.

"Quien ama es implacable", no deja pasar ni una" o "quien no tiene celos no ama", dice en un momento dado el narrador de esta historia, que acaba de salir y está dando ya mucho que hablar en los círculos literarios.

En ella, el autor narra la experiencia de un hombre de 60 años que se enamora y describe esta emoción con la sabiduría que le ha proporcionado su experiencia, sus lecturas, su vida.

Por eso, los pensamientos de escritores, artistas y filósofos se cruzan para aclarar, meditar o comprender, o no, todo lo que está pasando, el amor o el sufrimiento, el dolor o la imposibilidad de ser feliz.

"Un acto de amor jamás puede ser ridículo", de Léon Bloy, "Ser feliz es indecente", de Marina Tzvietáieva o "Los hombres no están hechos para ser felices" son algunas de las ideas que entremezcla el narrador por las páginas de esta breve novela.

Manuel Arranz (Madrid, 1950), que vive actualmente en Valencia, ha traducido a Alain, Bataille, Derrida, Bove, Blanchot o Didi-Huberman, entre otros muchos autores, y ha publicado libros de aforismos y ensayos como Con las palabras, Ya no hablamos de lo mismo, Divagaciones sobre el vuelo de los búhos o El arte de tocar la flauta.

De esta primera novela Pornografía, Arraz dice en la contraportada del libro que "quisiera poder escribir una historia sencilla, un idilio, un relato de un centenar de páginas. Algo parecido a Así que usted comprenderá de Claudio Magris, ni siquiera tiene el centenar de páginas, pero qué intensidad, qué emoción. Orfeo sigue enamorado de su Eurídice. Mi relato es distinto al de Magris", aclara.

"Sus páginas cuentan la historia de un amor. Las mías, sin embargo, forman parte de la historia. Porque no se puede escribir mientras suceden los hechos. Lo que se escribe mientras suceden los hechos es también un hecho. Las palabras también son hechos. Y necesitamos encontrar un sentido a todo lo que nos ha sucedido", contiúa.

"¿Pero quién puede decir que comprende el porqué de todo lo que le sucede?", concluye. Así cierra el autor la presentación de esta novela que escudriña en el alma, que abunda en la parte más desnuda y frágil del ser y que no para de plantear cuestiones al lector.

"En este mundo hay muy pocas personas a quienes les importa lo que te pasa (...) Por qué no nos preguntamos cuántas personas nos importan realmente a nosotros. Lo pavoroso, tal vez, es que nos importan personas a las que nosotros no importamos. Y, claro, también, al revés", dice el narrador de esta novela, que no deja poso de amargura, sino todo lo contrario.

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