Náufragos de alto ‘standing’

El último grito entre los famosos es poseer una isla. Mel Gibson, Nicolas Cage y Uma Thurman ya tienen una de estas peculiares ‘mansiones’.
Uma Thurman.
Uma Thurman.
Uma Thurman.
Algunos famosos adinerados no se conforman con poseer una mansión. La compra de una isla es una nueva moda al alcance de muy pocos. El príncipe Michael de Sealand ha puesto en venta su propio país: una plataforma artificial erigida sobre dos toscos pilares de hormigón.

A la isla, exenta de lujos, ya le han salido compradores. Son millonarios ávidos de poseer su propio país. En Hollywood la moda ha calado hondo. Mel Gibson posee su propia isla, en la que ha instalado incluso una bolera. Richard Branson, el excéntrico propietario del imperio Virgin, tiene otra.

El magnate griego Aristótes Onassis fue uno de los primeros en comprar su trozo de tierra en el mar. Otros como Johnny Deep, quizá influido por Piratas del Caribe, han terminado por adquirir una de estas propiedades.

Otros famosos Robinsones

Marlon Brando. El legendario actor compró una isla en la Polinesia tras rodar allí la película Rebelión a bordo. En ella construyó 13 bungalows que en breve serán reemplazados por un hotel ecológico.

Uma Thurman. Adquirió junto a su ex marido, Ethan Hawke, una isla en la bahía de Tracadie, en Nueva Escocia (Canadá). Su precio, entre 600.000 y 1.500.000 euros.

Nicolas Cage. El actor se compró su propia isla en el Caribe pocos meses después de que naciera su hijo Kal. El intérprete de Leaving Las Vegas pagó 2,34 millones de euros por 16 hectáreas de terreno.

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