Entre los numerosos puntos de atención de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (Fidma) se encuentra una máquina expendedora que permite ayudar a salvar las vidas de niños. La idea surgió en Asturias y ya cosechó gran éxito en su estancia en el Centro Comercial Xanadú, en Madrid. La iniciativa ha cosechado varios galardones internacionales.

De esta forma, esta es la segunda vez que se utiliza esta fórmula, en esta ocasión en Asturias. La encargada de diseñar la máquina ha sido la empresa Neozink cuyo responsable, Tito Rodríguez Calvo, pertenece al comité de dirección de Unicef Asturias. La máquina está instalada en el pabellón de SabadellHerrero y la entidad bancaria se ha comprometido a duplicar los ingresos de la misma.

En declaraciones a Europa Press, Rodríguez Calvo ha explicado que la idea de la máquina expendedora, para potenciar una campaña solidaria de Unicef, surgió al preguntarse cómo concienciar a los visitantes de un gran espacio que cuesta muy poco ayudar a los niños del tercer mundo.

"Se trataba de comunicar que con un pequeño gesto, apenas lo que cuesta un refresco, un paquete de chicles o una bolsa de patatas fritas, se puede colaborar para ayudar a salvar la vida a un niño en el tercer mundo", ha explicado. Para ello crearon entonces la máquina, en la que la gente, por impulso y por poco coste, puede comprar un producto prescindible. Es un "artilugio" impensable para los niños desfavorecidos, para los cuales la prioridad es sobrevivir.

De esta forma, la máquina le da "valor" a cada una de las aportaciones, por pequeñas que sean, y se aleja del concepto de hucha o limosna. De su interior sale el "producto" que han comprado. Se trata de un sobre en el que se les informa de lo que han "adquirido" y lo que supone para un niño: compra de vacunas, tratamientos antimalaria o desnutrición, pastillas desparasitarias. La gente, por algo más de un euro, puede sentir que realmente ha ayudado a un niño.